El Sporting, competitivo en defensa aunque inédito en ataque, no puso en demasiados apuros al Barça, circunstancia que permitió a los culés anotarse una victoria que no pasará a la historia.
En ausencia de Messi, Guardiola retocó su dibujo, con Iniesta por detrás de Villa y Bojan, dos delanteros puros a los que sin embargo les costó asociarse y colarse entre la telaraña del rival.
No encontraba manera el Barça de filtrarse en el esquema del Sporting, un 4-4-2 clásico pero eficaz por la solidaridad de sus jugadores, dedicados a achicar agua con las líneas muy juntas, ahogando el juego azulgrana y cerrando los pasillos interiores.
El Barcelona buscó fórmulas para anotar el primer gol y dejar la ansiedad para otro día. Se abrieron Villa y Bojan, buscó Iniesta la posición de falso delantero centro, se movieron por fuera y por dentro, se incorporaba Alves, pero el balón no fluía como acostumbra en el Camp Nou.
Con el paso del tiempo, el Sporting se sintió más cómodo. Alcanzar el descanso a cero fue un triunfo para el equipo de Preciado, más preocupado por anular al rival que por generar fútbol.
En el descanso prescindió de Keita, diluido entre las líneas de presión del Sporting, intrascendente, para devolver a Iniesta a la medular y colocar a Pedro como extremo derecho. El Barça perdió músculo, pero ganó velocidad y capacidad de asociación.
Siguió agitando el árbol el equipo azulgrana y Villa explotó el hueco entre el central y el lateral, Alves leyó el desmarque y el Guaje, fiel a su costumbre, marcó contra su Sporting. Fin a una racha de 140 minutos sin marcar en Liga en el Camp Nou. El delantero firmó su quinto gol ante su ex equipo en su quinto enfrentamiento.
El ritmo siguió siendo lento, con más posesión que profundidad, pero emocionalmente, el equipo de Guardiola tenía el partido ganado.
El Sporting buscó el empate más desde el banquillo que desde el campo. Diego Castro y De las Cuevas entraron al campo para buscar diagonales, de fuera hacia dentro, pero el Barça gobernó el partido con autoridad.
Guardiola colocó a Mascherano como antídoto a la apuesta de Preciado. Busquets ganó unos metros, Iniesta regresó al extremo, pero el guión del partido, demasiado plano, apenas cambió.
Pese a lo ajustado del resultado, el Barcelona alcanzó el tramo final. El Sporting no tuvo recursos para empatar hasta los dos últimos minutos. Dispuso de una falta peligrosa, pero la desperdició aplicando una estrategia más que dudosa. Al menos, firmó la derrota después de un extraordinario ejercicio defensivo.
EL VALENCIA SIGUE EN LA BRECHA
Un cabezazo de Aritz Aduriz en la recta final permitió al Valencia empatar ante el Atlético de Madrid (1-1) en un encuentro en el que los locales fueron de menos a más ante un rival disciplinado, pero rácano en ataque, que aprovechó una de sus escasas ocasiones en botas de Simao Sabrosa para adelantarse en el marcador.