Ndlovu describió la situación como “un ataque terrorista, racista y calculado sobre Zimbabue a través de una peligrosa arma biológica y química”, en comentarios a los medios de Zimbabue, recogidos por la cadena británica BBC.
Aproximadamente tres millones de zimbabuenses viven en Sudáfrica en la actualidad y miles cruzan cada día la frontera de forma ilegal.
Pero en los últimos meses han aumentado las llegadas de personas en busca de tratamiento médico por la casi inexistencia de un servicio sanitario y sistema de suministro de agua en su país.
El presidente zimbabuense, Robert Mugabe, ha acusado a los países occidentales de intentar usar la epidemia de cólera para echarle del poder y ayer había afirmado que “ahora que no hay cólera ya no hay ninguna causa para la guerra”.
El embajador estadounidense en Zimbabue, James McGee, ha acusado al régimen del presidente Robert Mugabe de “abdicar su responsabilidad básica de proteger al pueblo zimbabuense” en momentos en que este país afronta una crisis humanitaria.