Warsi, de origen paquistaní, miembro de la Cámara de los Lores y ministra sin cartera, recibió instrucciones de Cameron de que no participara en el "Evento para la Paz y la Unidad Globales", que sus organizadores califican de la mayor reunión multicultural celebrada en Europa.
El objetivo de la conferencia es supuestamente mejorar las relaciones entre las diversas comunidades, pero sus críticos señalan que algunos de los oradores previstos han justificado públicamente los atentados suicidas y han hablado a favor de Al Qaeda, la homofobia y el terrorismo.
Warsi, abogada de profesión y respetada dentro de la comunidad islámica internacional, cree que polemizar abiertamente con los extremistas en actos públicos es una forma más eficaz de hacer frente al integrismo que negarse a ello.
"Ella confiaba en asistir, pero hay divisiones (dentro del Gobierno) sobre cómo hacer frente a los extremistas, y el primer ministro y la titular del Interior, Theresa May, se han opuesto firmemente a la participación de un miembro del partido conservador en la reunión", dijo al periódico una fuente del Gobierno.
Según el ex ministro para las Comunidades Paul Goodman, "los organizadores tratan de utilizar la presencia de políticos en la reunión para ganar fuerza, influencia y credibilidad entre los musulmanes británicos. Es un juego al que no deberían prestarse los políticos".
El viceprimer ministro y dirigente liberaldemócrata, Nick Clegg, se opone por el contrario al boicot que preconizan los conservadores y cree que Warsi tenía razón al querer asistir
Como compromiso entre los dos partidos de la coalición, será el secretario de Estado para las comunidades, el liberaldemócrata Andrew Stunell, quien tome finalmente la palabra en la conferencia islámica.
Según un portavoz de ese departamento, Stunell "dejará claro que el Gobierno de coalición no tolerará el extremismo, el odio o la intolerancia bajo cualquier forma".
Se cree también que Clegg enviará un mensaje a la conferencia en el que reiterará la necesidad de hacer frente al extremismo.
A la conferencia londinense se espera que asistan hasta 60.000 personas y se prevé que se produzcan enfrentamientos dialécticos entre musulmanes moderados y extremistas.