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España

un mínimo respiro con el precio de los combustibles

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El precio del litro de combustible empieza a parecerse a lo que era. La bajada del barril del petróleo se está empezando a notar, como vaticinó el ministro de Industria hace una semana. En las estaciones de servicio de Cádiz el litro de gasolina ha bajado hasta un 15% en sólo un mes. Tanto el litro del gasóleo como el de gasolina está rozando por fin el euro. Y era de esperar que bajasen los precios, pero hace ya mucho tiempo. De hecho, fue en verano cuando se puso la fecha para empezar a notar la bajada de precios ante el pequeño desplome que había experimentado el barril de petróleo. Las grandes petroleras se resisten a abaratar sus productos, protagonizando un capítulo más de los abusos a los que nos tienen acostumbrados. Otro ejemplo claro es el de las aerolíneas, que desde que el petróleo subió de forma espectacular fueron anunciando una subida en los precios de los billetes. Y lo hicieron, algunas acompañadas de despidos masivos, como Spanair. En los billetes todavía se contempla una tasa extra por carburante que no se ha reducido, a pesar de que el combustible sí ha bajado de precio. Sea como sea, el mercado de los carburantes debe ser mucho más fijo. Los márgenes de las grandes compañías no se pueden ver multiplicados por abusos semejantes. Y hay que señalar al Ministerio de Industria por no tomar cartas en el asunto. No es de recibo que, en las circunstancias actuales especialmente, el precio de un mercado controlado por el Gobierno dependa de las ganas de aprovechar la coyuntura de las multinacionales.
Los gaditanos hacen ahora un esfuerzo menor a la hora de repostar combustible, aunque eso no significa tanto respecto a lo que ha subido el combustible en los últimos años. Casi se ha perdido en la memoria el gasóleo cuando costaba 70 o 80 céntimos. También parece olvidada la manifestación de los transportistas de toda España, que dejaron sin suministro de ningún tipo a las ciudades. La inactividad del Gobierno, criticada desde todos los sectores no se suple con una inyección de miles de millones a los bancos y cajas. Lo que se haga con ese dinero no se sabrá, pero sí existe constancia de que con los consumidores no se está haciendo nada de nada. Y hay muchas decisiones que protegerían a las familias ente la crisis.

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