Cinco ciudadanos egipcios se han quemado a lo bonzo en los últimos dos días para protestar por sus malas condiciones de vida.
Cinco ciudadanos egipcios se han quemado a lo bonzo en los últimos dos días para protestar por sus malas condiciones de vida, mientras el régimen egipcio insiste en el apoyo del presidente Mubarak a los más pobres.
A pesar de que hace un mes una acción similar protagonizada por un joven tunecino en paro fue la chispa que desató las protestas que derrocaron al entonces presidente de Túnez Zine el Abidín Ben Alí, el Gobierno egipcio descarta que la crisis de este país vaya a afectar a Egipto.
“Todo país tiene sus circunstancias y particularidades, (...) por lo que es muy difícil comparar la situación y los últimos disturbios de Túnez con otro Estado”, subrayó ayer el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto, Hosam Zaki.
Sin embargo, ayer en Egipto, un abogado, un jubilado, un parado y un mecánico se prendieron fuego para protestar por el funcionamiento de la Administración, la Policía y la política laboral del Gobierno, y uno de las víctimas ya ha fallecido a causa de las quemaduras.
El gobernante Partido Nacional Democrático (PND) destaca en su página web que Mubarak en los últimos discursos ante el Parlamento reiteró que el Gobierno está de parte de los pobres y que la ayuda social es su “compromiso y responsabilidad”.