Edificios de gran magnitud se han colapsado completamente, mientras que otros han quedado gravemente dañados, entre los que destaca la Catedral de Christchurch. Con cerca de 400.000 habitantes, esta es la ciudad más poblada de la isla Sur. Al menos dos autobuses están destrozados por la caída de escombros.
Se calcula que en el edificio del banco Forsyth Barr, de 13 plantas, hay cerca de 150 personas atrapadas. El bombero Peter McCardle ha precisado que ya se ha rescatado a 30 personas y no espera que el inmueble se derrumbe. Otros edificios continúan en llamas.
Key ha advertido de que la población está "absolutamente en agonía". "Lo superaremos. Nueva Zelanda se reorganizará y Christchurch se reorganizará", ha vaticinado el jefe del Gobierno.
Los equipos de respuesta han instalado un refugio temporal en el parque Hagley, adonde ya ha llegado más de medio millar de personas. La TVNZ también informa de que en otro punto de la ciudad se ha establecido una morgue provisional.
Key ha acudido a la cuidad después de mantener en la capital, Wellington, una reunión urgente para coordinar la estrategia de respuesta. En este sentido, ha aceptado la oferta australiana de enviar equipos de búsqueda y rescate.
El alcalde de Christchurch, Bob Parker, ha declarado el estado de emergencia, mientras que la Policía y las Fuerzas de Defensa evacuan el centro de la ciudad y los hospitales de toda la isla Sur se preparan para atender a los cientos de heridos.
El seísmo también ha afectado al tendido telefónico y de electricidad, así como al suministro de agua. El epicentro, a una profundidad de apenas cinco kilómetros, se localizó unos diez kilómetros al sureste de la ciudad. Esta zona ya sufrió en septiembre de 2010 otro temblor, aunque se cree que este ha ocasionado muchos más daños.
Todas las salidas y entradas de la ciudad están bloqueadas, por lo que el ministro de Defensa Civil, John Carter, ha solicitado a los ciudadanos que despejen las carreteras para permitir el paso de los vehículos de emergencia.