Miles de extranjeros han abandonado Tokio por temor a un escape radiactivo de la central nuclear de Fukushima, mientras muchas embajadas comenzaron ayer a organizar operativos para asistir a quienes deseen salir de Japón.
Aunque las autoridades locales insisten en que los niveles de radiactividad en la capital han aumentado pero no son alarmantes, la inestable situación en la central nuclear de Fukushima, a unos 250 kilómetros al norte, llevó a muchos a alejarse hacia el sur.
A la inquietud por las radiaciones se sumó hoy el anuncio de un posible gran apagón en Tokio que podría alterar los transportes para salir de la ciudad en los próximos días, lo que hizo que parte de quienes seguían en la metrópolis, japoneses y extranjeros, decidieran finalmente abandonarla sin saber cuándo regresarán.
Los trenes hacia Osaka, a unos 400 kilómetros, partían hoy de Tokio mucho más llenos de lo habitual aunque sin llegar a estar repletos, y en ellos se veía un número inusual de mujeres japonesas con niños pequeños y empujando equipaje para varios días.
En la estación de Tokio reinaba el habitual bullicio ordenado, sin escenas de nerviosismo, y dentro del tren tan solo recordaban la grave situación en Fukushima las pantallas digitales en las que aparecían constantemente titulares con las últimas noticias en la central nuclear.
De Tokio, además de residentes, también salieron ayer grupos de turistas que habían decidido cambiar sus rutas de viaje bien para dejar lejos la capital y las provincias del norte, o bien porque las propias aerolíneas cambiaron su aeropuerto de salida desde el tokiota de Narita al de Osaka.
Otros se vieron presionados para abandonar el país, como Cheng, una joven china de 29 años a la que su empresa sacó precipitadamente un billete de avión, de solo de ida, para regresar a Pekín sin que ella lo hubiera pedido.
“No he querido recoger todas mis cosas porque espero poder volver a Japón cuando todo haya pasado. Mis compañeros se quedan, pero están haciendo regresar a las mujeres jóvenes”, explicó a Efe desde el aeropuerto de Narita.
Aunque insisten en la necesidad de seguir las directrices de seguridad del Gobierno japonés, que ha evacuado un radio de 20 kilómetros en torno a la planta nuclear, muchas embajadas en Japón han recomendado a sus ciudadanos en la región de Kanto (donde está Tokio) que consideren trasladarse al sur.
Algunos gobiernos, como los de Colombia, México o España, anunciaron ayer el envío de aviones a Tokio para repatriar a ciudadanos afectados que quieran abandonar la capital voluntariamente, aunque sin llegar a hablar de una evacuación en toda regla.
El Gobierno de México ha fletado un avión que permitirá sacar de Japón a unos 230 mexicanos que así lo deseen, mientras que la de Colombia informó de que está organizando un vuelo de la Fuerza Aérea para este fin de semana para los afectados por el desastre.
El Gobierno español indicó por su parte que estudia la posibilidad de poner “medios aéreos” a disposición de aquellos ciudadanos que quieran dejar Japón, “dando prioridad a las personas acompañadas de menores de edad y a los enfermos”.
También recomienda no acercarse a un radio de más de 120 kilómetros de la planta nuclear, mientras que legaciones como la mexicana o la estadounidense limitan la advertencia a un radio de 80 kilómetros.
Japón ha evacuado a unos 228.000 ciudadanos en un radio de 20 kilómetros de la central nuclear y ha recomendado a los que estén entre 20 y 30 kilómetros que no salgan de sus casas.
La mayoría de las embajadas recomiendan seguir las indicaciones de seguridad las autoridades japonesas y, por ahora, mantienen a su personal diplomático en Tokio, con pocas excepciones, como en el caso de Panamá, que se ha trasladado temporalmente al consulado de Kobe (sur), o de Austria, que lo ha hecho a Osaka.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, garantizó ayer que la embajada y los servicios consulares en Japón facilitarán el retorno de los ciudadanos españoles que lo soliciten.
Jáuregui, durante una visita a la futura sede de la pinacoteca de Vigo, indicó que la diplomacia española en Japón está a disposición de los ciudadanos “para ayudarles en el caso de que quieran que se les facilite su retorno” o para aportarles “algún tipo de información” que requieran.
Hizo hincapié en que tanto la embajada como los servicios consulares están en contacto con “prácticamente toda la comunidad española” en el país asiático, a la que se le han “ofrecido todos los servicios necesarios”.
Pese a considerar que “no es preciso ofrecer ningún tipo de transporte especial” porque las comunicaciones con Japón “funcionan perfectamente”, Jáuregui insistió en que los españoles en el país asiático “saben dónde estamos, su embajada, su país”, para facilitarles su retorno si así lo desean.
El Ministerio de Sanidad y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han elaborado un protocolo para vigilar a las personas que lleguen desde Japón aunque, según los datos disponibles, “ningún español habría resultado severamente contaminado en el entorno de la central japonesa”.
El Gobierno ha dado a conocer la puesta en marcha de este protocolo en un manual informativo difundido para resolver las dudas de la ciudadanía ante la crisis nuclear de Japón, en el que explica que España cuenta con casi 900.000 dosis de yoduro potásico para paliar los efectos de una eventual exposición radiactiva.
Una de las preguntas incluidas en el cuestionario es si las personas que lleguen a España desde Japón tendrán que estar aisladas por el riesgo de radiactividad o podrán irse a su casa.
En el manual, explica además que la radiactividad no se contagia, detalla los niveles en los que la exposición puede ser mortal y enumera los síntomas y los tratamientos posibles.