El descubrimiento de este centro de tortura coincide con los planes de la Unión Europea de impulsar el comercio de diamantes de las dos principales minas situadas en esta misma región.
En un documento interno al que ha tenido acceso la BBC, la UE sostiene que confía en que esas dos minas cumplan se adapten a la normativa internacional para poder aprobar la exportación de diamantes, que permanece paralizada por una prohibición comercial desde 2009.
Esta prohibición fue impuesta por el Proceso de Kimberley --una organización internacional que regula el comercio de diamantes-- a raíz de los informes sobre asesinatos masivos y abusos cometidos en la región de Marange por las fuerzas de seguridad zimbabuenses.
Varios de los prisioneros liberados del centro de tortura de Marange han relatado su experiencia a la BBC bajo la condición de mantener su identidad en el anonimato. El campo, situado en la localidad de Zengeni, cerca de Marange, se conoce como Base Diamante y está compuesto por una serie de tiendas militares con una zona delimitada por un alambre de espino para recluir a los presos.
El centro, gestionado por la empresa de un amigo personal del presidente zimbabuense, Robert Mugabe, está ubicado a una milla de distancia de la mina Mbada, una de las explotaciones en las que la UE confía en poder volver a autorizar las exportaciones de diamantes.
Además de ese centro de tortura, hay un segundo campo en el que los reclusos también sufren abusos y agresiones cerca de la localidad de Muchena. "Es un lugar de tortura en el que, a veces, los mineros no pueden caminar por las agresiones", ha relatado una de los reclusos que fue liberado del centro de tortura el pasado mes de febrero.
"Nos daban 40 latigazos por la mañana, 40 por la tarde y 40 por la noche", ha narrado a la BBC este hombre, que todavía no puede mover uno de sus dos brazos por los golpes recibidos y que apenas puede caminar.
"Utilizaban troncos para golpearme aquí, en mis pies, cuando me tumbaba en el suelo. También empleaban piedras para golpearme en los tobillos", ha asegurado. Este antiguo preso ha afirmado que los guardias del centro esposaban a los reclusos antes de lanzarles a los perros para que les mordieran.
Varios de los prisioneros han explicado que los hombres eran recluidos en el campo de tortura durante varios días antes de que llegaran nuevos reclusos. Las mujeres eran liberadas más rápidamente, generalmente después de haber sido violadas por los guardias del campo de tortura.
"Incluso si alguien muere aquí, los soldados no lo revelan porque no quieren que se sepa", ha asegurado a la BBC un oficial del Ejército zimbabuense que ha hablado bajo la condición de anonimato.
Varios testigos han afirmado que los dos centros de tortura llevan operando durante al menos tres años. En la ciudad de Marange, la Policía y el Ejército se encargan de reclutar a civiles para que trabajen en las minas para conseguirles diamantes. Los mineros que solicitan una cantidad excesiva de los beneficios por los diamantes son enviados a los dos centros de tortura, a los que también son enviados los individuos que son descubiertos con diamantes que han cogido para sus familias.
Un antiguo miembro de una unidad paramilitar de la Policía que trabajó en el principal centro de tortura a finales de 2008 ha relatado que los prisioneros eran sometidos a simulacros de ahogamientos y que les golpeaban en sus genitales, además de echarles a los perros para que les atacaran.
"Ellos esposaban al prisionero y entonces soltaban a los perros para que pudieran morderle", ha señalado el agente. "Había muchos gritos", ha añadido. El guardia ha asegurado que una de las mujeres que estaba recluida en este centro murió después de que uno de los perros le mordiera en un pecho. "No creo que sobreviviera", ha afirmado.
Otro de los hombres que estuvo recluido en el centro de tortura de Muchena ha explicado que llegó al campo en 2008, después de que la Policía le lanzara a sus perros, y volvió a ser capturado y recluido en ese emplazamiento en noviembre de 2010. "Nada ha cambiado entre 2008 y 2010. Mucha gente sigue recibiendo palizas y sigue siendo atacada por los perros", ha asegurado.
El comercio de diamantes de las minas de Marange fue prohibido en 2009 por el Proceso de Kimberley, una iniciativa de la industria de los diamantes, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales para mantener a los denominados 'diamantes de sangre' --obtenidos por medio de abusos y explotación-- fuera del comercio internacional.
Los representantes del Proceso de Kimberley visitaron la zona de Marange en agosto de 2010 y concluyeron que la situación en las minas de diamantes todavía es problemática aunque ha experimentado un progreso significativo.
El Proceso de Kimberley ya había solicitado al Gobierno zimbabuense que la Policía garantizara la seguridad en la zona de las minas de diamantes. Varios testigos de los centros de tortura han asegurado que la Policía y el Ejército zimbabuense son los encargados de gestionar los dos campos en los que se cometen abusos y agresiones sexuales.
Al ser consultado sobre los dos centros de tortura descubiertos por la BBC, el portavoz del grupo de trabajo de Supervisión del Proces de Kimberley, Nick Westcott, ha reconocido que su organismo desconocía la existencia de estos dos emplazamientos. "No es algo que haya sido notificado al Proceso de Kimberley", ha afirmado.
El pasado mes de junio, el presidente del Proceso de Kimberley, Matieu Yamba, anunció que la retirada de la prohibición de exportación de diamantes en las dos principales minas de Marange. La Unión Europea, entre otros actores internacionales, rechazaron esta decisión.
La nueva propuesta de la Unión Europea apoya la retirada parcial de la prohibición de exportación de diamantes aunque insiste en la necesidad de continuar supervisando la situación en la zona de Marange.
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico también ha apoyado la retirada de la prohibición aunque sólo para las dos principales minas de Marange.
"Sólo apoyamos las exportaciones para estos dos emplazamientos, que estarán sometido a supervisión. Sobre el resto de minas de Maranga, Reino Unido y la UE continúan oponiéndose enérgicamente al reinicio de las exportaciones hasta que expertos internacionales independientes consideren que (estas explotaciones) cumplen con el Proceso de Kimberley", ha afirmado un responsable del departamento que dirige William Hague.