Durante la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, este capitán de la Benemérita ha relatado que, cuando los agentes llegaron al chalé, faltaban tanto el teléfono móvil como el fijo inalámbrico propiedad del marido de la procesada, y ha explicado que, a las 18.11 horas, varias horas después de la muerte de Andrés Toro -que se produjo entre las 14.00 y las 16.00 horas-, el móvil del fallecido recibió una llamada, activándose la antena repetidora en Bollullos, y a las 18.31 horas en Benacazón.
Posteriormente, se activó la antena repetidora ubicada en la calle San Vicente, “a escasísimos metros” de la vivienda de la acusada, mientras que a las 20.52 horas se activó en el barrio de Bami, cerca del Hospital Virgen del Rocío donde se encontraba ingresada la imputada y a donde, según su relato, acudió esa misma tarde tras permanecer todo el día en casa. Posteriormente, a las 22.25 horas, el móvil fue ubicado por la antena repetidora situada cerca de la Glorieta del Alférez Provisional, “en el camino de regreso” a la vivienda de Natividad.
“La persona que tenía el teléfono fue quien cometió el crimen o era alguien estrechamente relacionado con el mismo", según ha proseguido el guardia civil, quien, tras demostrar que el teléfono se encontraba en la vivienda de La Juliana en el momento en que se produjo el crimen”, añadió el guardia civil.