Banca Cívica -que integra a Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias- cerró su primer año completo de fusión con un beneficio atribuido neto de 183 millones, lo que supone un 6,4% menos que en 2010. Los costes de integración alcanzaron los 114 millones, aunque las sinergias le han permitido ganar 234. En cuanto a la morosidad, en el cuarto trimestre se redujo un 6,35%, con un 4.105 millones en riesgo dudoso, aunque se deshizo de 1.235 propiedades por un importes de 191 millones.
Con los nuevos requerimientos de la reforma financiera, Banca Cívica tendrá que aprovisionar en un solo año 2.031 millones, aunque según la entidad, sólo requieren 572 millones, 500 en provisiones y 72 en capital, todo ello con cargo a los resulados.
Sin embargo, según fuentes financieras consultadas por Efe, con el nivel de beneficios netos registrado en 2011, la entidad entraría en pérdidas este año. Ante esta situación, Antonio Pulido apuntó que “estamos estudiando distintas opciones, aunque nuestro nivel de solvencia y fortaleza nos permitiría continuar nuestra andadura en solitario, si fuera necesario”.
Pulido no quiso concretar con quién está negociando, aunque sí dejo claro que no está discriminando a la entidad por su tamaño, lo que supone que tanto podría ser absorbida por un banco mayor, como realizar una fusión entre iguales.
Algunos medios financieros sitúan a Banca Cívica como la segura protagonista de la nueva ola de fusiones en este semestre y la emparejan con CaixaBank, Sabadell e incluso con Ibercaja. “Como el resto del sector, estamos negociando con todos”, apuntó.
A pesar de estos datos, los copresidentes insisten en que la entidad puede afrontar la situación en solitario, ya que mitigarán este impacto negativo con el canje de preferentes, operación con la que pretenden obtener 400 millones de euros de los 900 que tienen colocados en la actualidad en estos productos financieros, con la venta de las participadas y con una mayor actividad en la concesión de créditos, que descendió en un 0,6% en 2011.