El dispositivo policial desplegado el jueves en la barriada de José Antonio y que se saldó con dos detenidos y la incautación de 15.000 euros puso de manifiesto el blindaje de las viviendas de esta zona donde conviven por igual personas que se dedican al tráfico de drogas y vecinos que esperan como agua de mayo el derribo de los edificios y la construcción de la nueva Santa Clara, prevista para la próxima primavera. Las fuerzas de seguridad del Estado se encuentran cada vez con más dificultades a la hora de desmantelar a las bandas que se dedican al tráfico de sustancias estupefacientes, no sólo por las dificultades que se encuentran a la hora de probar su implicación en estas actividades sino por los métodos cada vez más sofisticados que se utilizan, como lo prueban las mismas viviendas de José Antonio, convertidas en oficinas bunkers difíciles de asaltar. Por eso cada detención y cada desmantelamiento de las redes ilegales cuentan, aunque sean de pequeña escala.