Los bomberos informaron de que un centenar de personas han sido dadas por desaparecidas, mientras que la Cruz Roja de Australia atiende a 3.730 personas sin hogar. Con estos datos, se prevén que el número de víctimas mortales siga aumentando cuando los equipos hayan acabado de registrar todas las casas y coches en las zonas afectadas, a las que ayer se empezó a acceder.
Unos 30 incendios continuaban su avance en Victoria, siete de ellos sin control y dos cerca de zonas pobladas, mientras que en Nueva Gales del Sur los bomberos y voluntarios combatían 53 frentes, de ellos nueve incontrolados, pero ninguno próximo a zonas habitadas.
“El infierno con toda su furia ha visitado a la buena gente de Victoria en las últimas 24 horas. Es una tragedia para la nación”, afirmó el primer ministro australiano, Kevin Rudd, quien ordenó al Ejército colaborar con la policía y los bomberos.
Bomberos y voluntarios de los estados vecinos se han unido a los equipos que luchan contra las llamas en Victoria, donde el calor ha remitido considerablemente.