Los medios de comunicación del planeta le están dedicando al tema de las elecciones americanas un despliegue sin precedentes, se han invertido (a pesar de la crisis) miles de millones de euros y Obama está ocupando las portadas de todos los periódicos del mundo y las cabeceras de todos los telediarios. Le estamos haciendo la campaña, literalmente hablando. De hecho, ya le están saliendo al aspirante a presidente, primos, hermanastros y hermanastras por todo el planeta. No sé cómo a la peña le puede dar tiempo de montar el árbol genealógico en tan poco tiempo. Pero al parecer, Obama tiene la sangre repartida por todos los rincones del globo terráqueo. Los descendientes de Obama están en Kogelo, un pueblo keniano en el que su hermanastro sale a la calle eufórico mostrando fotografías del aspirante a la Casa Blanca. También tiene el candidato de color una tía en Boston que actualmente se encuentra en situación irregular desde que un juez le denegó asilo político hace cuatro años. Se trata de la hermanastra del padre de Obama. Zeituni Onyango, se llama la mujer. Y nació en Kenia en el año 52.
Por el camino que va Obama (que es el del Despacho Oval) le van a salir hermanastros, padrastros, madrastras, tiastros, abuelastros, primastros y colegastros hasta en Moncloa. Pero así es la vida. Menos da una piedra.
Sin embargo, de lo que no se ha hablado mucho estos días (o no se ha hablado lo suficiente, o como otras veces) es de las tres muertes del fin de semana pasado. Una niña de catorce años y dos señoras. Al haber sido tres las víctimas, los medios de comunicación se hubieran partido la retaguardia haciendo directos (para los telediarios) y primeras páginas en los diarios. Pero como mucho le han dedicado a estos crímenes unas pocas columnas y unos segundos en la tele y las radios. Cuando por el contrario Obama se ha llevado la mayor parte del tiempo en los informativos. Es como si a partir de ahora nos importara un carajo lo nuestro y la vida de esas mujeres que, a manos de quienes una vez fueron sus príncipes azules, perecieron para los restos. Ni siquiera en el bar se habla de las ayudas de zapatero para paliar la crisis. La última es la de aplazar dos años el 50% de las cuotas hipotecarias de los que se queden o se hayan quedado en el paro. Ahora no nos importa esto. Ahora lo importante es Obama. Que también, oiga. Pero el americano no me va a pagar las cañas ni la hipoteca, ni me va a dar curro ni pagar la letra del coche a final de mes. Ni va a meter en el trullo a los hijoputas que este fin de semana quitaron la vida a tres mujeres. Obama salvará a su país de muchas cosas, pero nuestros culos nos lo tendremos que limpiar nosotros, no crean que va a venir el americano a hacerlo. Si de algo estoy convencido es de que Obama ha visto un puntal básico en el extranjero que le ha apoyado en todo momento deseoso de que ningún otro Bush vuelva a gobernar en EEUU, y la sonrisa de buen rollito es la que se ha ganado el favor de los medios de comunicación de todo el planeta para llegar, no sólo con el apoyo de los americanos, a la Casa Blanca. No me parece mal, de hecho creo que habrá presidente de color en los Estados Unidos y que Bush dejará de ser una pesadilla para la raza humana (debería pagar lo que ha hecho antes de irse, y el mundo debería exigirlo), pero como siempre, somos los del otro lado del mundo los que le hacemos parte del trabajo a los americanos a cambio de una foto. Resumiendo: que vamos a tener las mismas hambres, colega. Y Dios nada más que hay uno. O sea.