Al menos dos soldados alemanes y cinco niños murieron ayer en un nuevo ataque suicida contra las tropas internacionales desplegadas en Afganistán, en la norteña provincia de Kunduz, informó a Efe una fuente oficial. El gobernador de Kunduz, Mohamad Omar, aseguró que el atentado tuvo lugar en el distrito de Char Dara mientras los militares alemanes patrullaban la zona a pie junto a soldados afganos, momento en el que un suicida subido en una bicicleta se acercó a los soldados e hizo estallar la carga explosiva que portaba. Omar añadió que otros dos niños y dos soldados alemanes de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN, resultaron heridos en el ataque. La ISAF confirmó en un comunicado la muerte de dos soldados y cinco niños afganos, pero aseguró que tan sólo un militar y un civil resultaron heridos. “Nuestro pesar va para los amigos y los familiares de los que han muerto y de los que han resultado heridos”, dijo en la nota un portavoz de la ISAF, Richard Blanchette. “Actos como éstos, que no ofrecen nada más que violencia y muerte, no nos detendrán en nuestro compromiso para crear un Afganistán mejor”, añadió. La OTAN no detalló la nacionalidad de los soldados muertos, una prerrogativa que tienen los Gobiernos correspondientes, pero fuentes del Ministerio alemán de Defensa confirmaron que el ataque fue contra sus tropas. El contingente germano en Afganistán fue ampliado la semana pasada a 4.500 efectivos. En otro episodio de violencia, esta vez en la capital afgana, una cooperante surafricana murió tiroteada por dos hombres armados que circulaban en motocicleta. Según el portavoz del Ministerio de Defensa, Zemarai Bashary, la mujer, que trabajaba en una ONG de ayuda a los discapacitados, caminaba en el oeste de Kabul hacia su lugar de trabajo cuando recibió varios disparos en la cabeza. La Policía de Kabul ha emprendido una operación para localizar a los culpables del asesinato, que huyeron de la zona. En su página web, la insurgencia talibán dijo haber matado a una “mujer extranjera” por difundir el cristianismo en Afganistán. Según los talibanes, que han atacado en varias ocasiones a cooperantes extranjeros, la surafricana fue seguida durante un tiempo por los insurgentes antes de ser asesinada. Y a unos 50 kilómetros de Kabul, en la provincia de Wardak, la ISAF informó ayer de una ofensiva que acabó con la vida de más de 20 supuestos talibanes. Según un comunicado de la organización militar, la ofensiva se inició el pasado 16 de octubre en el distrito de Jalrez, al oeste de Kabul, después de que las tropas sufrieran un ataque de los insurgentes. Las fuerzas de la OTAN solicitaron apoyo aéreo y obligaron a los supuestos insurgentes a retroceder hacia el sur y entrar en el distrito de Nirkh, donde los rebeldes emprendieron un nuevo ataque. Según la ISAF, los soldados se impusieron a los insurgentes tras diez horas de lucha y aseguraron los distritos de Nirkh y de Jalrez sin sufrir bajas durante el combate. Ambas demarcaciones lindan con la provincia de Kabul y no registraban operaciones de tanta envergadura desde octubre de 2007. Aunque la insurgencia talibán tiene sus principales bastiones en el tercio meridional de Afganistán, en los últimos meses han extendido sus actividades a otros puntos del país. Más de 4.200 personas han muerto en lo que va de año en combates entre las fuerzas internacionales y afganas y la insurgencia, así como en atentados y bombardeos.