Son estas las principales carencias, necesidades y peticiones que, desde la voz del presidente de su asociación de vecinos, Francisco de la Corte, tiene el barrio de Pescadería; una barriada que empezó a ser habitada, a tener vida, hace poco más de cinco años, y que nació bajo la idea de ampliar el centro urbano, y acercar la ciudad a la ría. Pero que también nació siendo promocionado por el Ayuntamiento de Huelva como una zona de Huelva en la que: se podría “aparcar fácilmente”; un lugar con “un mercado cerca de casa”; una barriada con “parques y jardines”; un espacio donde se puede “ir andando al colegio”; y un barrio con “instalaciones deportivas”. Promesas iniciales del consistorio onubense que, una vez que el barrio va creciendo en el tiempo, “se han quedado sólo en eso, en promesas”, protesta De la Corte.
Porque según valora el presidente de los vecinos de Pescadería, este barrio se ha convertido, como bromean los vecinos, en el barrio de los “impuestos de la milla de oro, pero con servicios medievales”. “El deseo de los vecinos es poder explicar cara a cara a Pedro Rodríguez las carencias que tenemos, pero nunca está disponible para nosotros porque llevamos más de un año con una reunión solicitada y no hemos tenido respuesta”.
La principal queja que a los vecinos les gustaría transmitir de manera directa al Ayuntamiento se centra en la Plaza ‘Hermanos Costaleros’. Una zona que estaba pensada, según explica De la Corte, para instalaciones deportivas de uso público, y que finalmente “se ha privatizado, y ahora lo que tienen proyectado construir son pistas privadas de pádel y dos plantas de garaje”, lo que para los vecinos “es difícil de entender” porque “los niños de la zona no disponen de espacios deportivos y no entendemos la necesidad de otro parking, cuando parece ser que el del futuro mercado no está, ni mucho menos, saturado”. Pero a día de hoy, los vecinos expresan que para aparcar “o lo hacemos en descampados, o pagando”.
Son las contradicciones de un barrio que no se acaba, “incompleto”, en el que “se debería usar alguno de los solares descampados para proyectar la creación de un colegio”; un barrio que se siente “abandonado y profundamente decepcionado con el Ayuntamiento”, entre otros motivos porque “aquí la Policía Local sólo viene a tomar café, ya que en su orden de trabajo no figura Pescadería”.