En un informe presentado al Parlamento, el Ministerio de Defensa surcoreano considera muy probable que Corea del Norte emprenda un ataque sorpresa, aunque limitado, con el fin de provocar un conflicto interno entre diferentes facciones en Corea del Sur.
La intención de Corea del Norte, según indica el texto, sería presionar al Gobierno estadounidense para celebrar pronto un diálogo bilateral entre Pyongyang y Washington.
Seúl considera que este ataque norcoreano podría efectuarse en la frontera marítima del Mar Occidental (Mar Amarillo), mediante el lanzamiento de proyectiles, o en la zona desmilitarizada situada entre ambos países, a través de unas provocaciones limitadas.
La advertencia surcoreana se produce después de que el régimen comunista de Corea del Norte anunciara la semana pasada su plan de lanzar un satélite de comunicaciones entre el 4 y 8 de abril, alegando su derecho al desarrollo espacial con fines pacíficos.
Por su parte, Corea del Sur sostiene que el lanzamiento norcoreano, ya sea de un misil o de un satélite, violaría la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU dado que la tecnología aplicada en ambos casos es muy similar.
Las dos Coreas continúan técnicamente en guerra después de que la guerra de Corea (1950-1953) terminara con la fórmula de un armisticio y no con la firma de un tratado de paz.
Las relaciones entre los dos países sufrieron un fuerte revés desde que el conservador Lee Myung-bak asumió la presidencia surcoreana hace trece meses.