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España

Arriola asegura a la cúpula del PP que, con un 35% de los votos, Rajoy tendría mayoría cómoda para gobernar

'Génova' toma como ejemplo a UCD, que en 1977 y 1979 logró más de 165 diputados con un porcentaje de voto de poco más del 34%

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El asesor de Mariano Rajoy en temas electorales, Pedro Arriola, ha trasladado al jefe del Ejecutivo y a la cúpula del PP que con apenas un 35% de los votos, el Partido Popular tendría una mayoría cómoda para gobernar una segunda legislatura, según han informado a Europa Press fuentes 'populares'.

   Según las tesis que ahora maneja 'Génova', los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y otros sondeos publicados indican que el PP ha tocado suelo y a partir de ahora empezarán a recuperar votantes con la mejora de la economía y el temor de muchos ciudadanos a la "incertidumbre" que, a su juicio, emana de Podemos.

   Con esas premisas, el PP confía en que si suben al menos siete puntos --el CIS le sitúa en el 27,3% en estimación de voto y en sus propias encuestas internas se acercan al 29%--, el reparto de escaños por provincias y la Ley D'Hondt permitirían a Rajoy revalidar un segundo mandato con una mayoría amplia.

   El sistema electoral español fomenta el bipartidismo porque se considera que sólo empieza a ser verdaderamente proporcional en las circunscripciones donde se reparten más de siete escaños, mientras que en el resto, que son la mayoría de las provincias, sólo acaban accediendo a escaño los dos primeros partidos en virtud de la distribución por cocientes de la Ley d'Hont.

A POR LOS VOTANTES QUE ESTÁN EN LA ABSTENCIÓN

   En esos análisis electorales que Arriola ha trasladado a Rajoy y la cúpula del PP hay incluso un recuerdo a lo que pasó hace casi 40 años en las primeras elecciones democráticas en España, que dieron la victoria a la UCD que dirigía Adolfo Suárez.

   Así, en los comicios del 15 de junio de 1977, la UCD logró 166 escaños con el 34,6% de los votos, una mayoría relativa que volvió a lograr dos años después en las elecciones de 1979, ya que con el 34,84% consiguió 168 escaños. En frente, una oposición muy fragmentada.

   Por lo tanto, aunque el PP se ve lejos del 44,6 que cosechó en noviembre de 2011, que le ha permitido tener una abultada mayoría absoluta (186 diputados), trabaja con la expectativa de convencer a los votantes que están en la abstención y alcanzar al menos un 34% de los sufragios en las elecciones generales de este año.

   El propio portavoz de campaña del PP, Pablo Casado, dijo esta semana que la encuesta del CIS refleja un 30% de indecisos y apuntó que con lograr el apoyo de sólo un 10% de ese 30 el PP tendría "mayoría suficiente de gobierno".

   A ello se suma que todos los partidos de Gobierno suelen tener una parte de voto oculto, en España y en otros países, y por todo ello señaló que su partido se centrará en movilizar a quienes hoy se decantan por la abstención pero "no se han ido a ningún partido". De hecho, la última encuesta del CIS, al preguntar por el recuerdo de voto en 2011, sólo un 30% reconoce haber apoyado a Rajoy, 14 puntos por debajo de lo que realmente obtuvo.

   Además, los 'populares' ponen ahora en valor que el PP es "un partido unido", a diferencia de lo que a su entender ocurre en este momento en otras formaciones.

DIEZ MESES POR DELANTE PARA REMONTAR

   En las filas 'populares' consideran que Podemos está "rentabilizando el cabreo" de los ciudadanos, como refleja la encuesta del CIS --el partido de Pablo Iglesias sería la segunda fuerza con el 23,9%--, pero a largo plazo creen que se irá desinflando.

   "La encuesta del CIS es solo la foto de ahora, con gente cabreada en un momento de incertidumbre, y lo paga quien gobierna, que es Mariano Rajoy", ha resumido un miembro del Comité Ejecutivo, que está convencido de que el partido se va a "recomponer", máximo porque "hay mucha gente que no manifiesta su voto".

   Un análisis similar hacer otro dirigente de 'Génova', que sostiene que Podemos ha recogido el "voto del cabreo y el desencanto con la política española, mezclado con los efectos de la crisis y la corrupción". Según su diagnóstico, si el PP consigue movilizar a su electorado tradicional volverán a gobernar con una mayoría sólida una segunda legislatura.

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