Así lo confirmaron ayer a Efe fuentes del Gobierno italiano, quienes explicaron que en el sobre dirigido a Piscitello, segundo del gabinete del ministro, había una carta anónima, con amenazas, incluso, personales.
En esa carta, recibida junto al sobre para Alfano en la sede del Ministerio de Justicia en Roma, se pedía a Piscitello que convenciera al ministro de que “no ponga los cristales divisorios en las cárceles”.
Estas amenazas llegan en un momento en el que el Senado italiano está a punto de aprobar el proyecto de ley sobre Seguridad que obliga a la existencia de cristales separadores entre visitas y presos en los encuentros en las cárceles italianas.
Esta es una de las medidas antimafia incluida en el proyecto de ley, ideada para evitar que familiares o amigos de los reclusos puedan pasarles objetos durante los encuentros personales.
La subsecretaria de Justicia italiana, Elisabetta Alberti Casellati, expresó poco después de conocerse la noticia su solidaridad con sus dos compañeros y dijo que “es obvio que estas amenazas no sólo no nos detienen, sino que refuerzan nuestra determinación en la lucha contra la mafia y otras organizaciones criminales”.