Kim fue presidente de Corea del Sur entre 1998 y 2003, cuando impulsó una política de reconciliación con Corea del Norte que le valió numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Nobel de la Paz en 2000, el mismo año de su histórica reunión con el líder norcoreano, Kim Jong-il.
El ex mandatario era muy respetado por la clase política por su historial de lucha por la democracia en un país que vivió una dictadura hasta mediados de los 80, por la que él mismo sufrió torturas, una condena a muerte y el exilio.