Villepin, que durante años formó parte junto a Sarkozy de los gobiernos conservadores del ex jefe del Estado Jacques Chirac, se va a sentar durante cuatro semanas en el banquillo de los acusados en un proceso en el que el actual presidente aparece como víctima y se ha constituido en acusación particular.
El ex primer ministro de Chirac quiere que los jueces del Tribunal Correccional de París al abrir la vista rechacen la acusación particular del presidente de la República en nombre de la independencia de la justicia y del riesgo de presiones.
Unas presiones que, a su juicio, son mucho más que virtuales a la vista del “ensañamiento” y la “rabia” que Sarkozy ha manifestado públicamente hacia él desde que se conoció la oscura manipulación de unas listas de supuestos titulares de cuentas de Clearstream.