El candidato de Unidas Podemos a las elecciones a la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, ha apelado a la movilización de las clases populares de la región para, al menos, no padecer la "humillación" de ver como la minoría "ruidosa" que defiende sus privilegios gana en participación en sus bastiones electorales, citando el caso del barrio de Salamanca.
Por ello, ha asegurado que no va a pedir el voto para Unidas Podemos sino que conmina a la clase trabajadora que reside en barrios del sur y en municipios de la periferia que apoye a la fuerza progresista "que les dé la gana", pues los "codazos" entre partidos de izquierda es el mayor elemento "desmovilizador" en Madrid.
Así lo ha indicado durante un acto sobre políticas que vivienda en el que han participado también la nueva ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el vicepresidente segundo del Gobierno de la Generalitat Valenciana, Rubén García Dalmau; el portavoz de la formación morada y secretario de Sociedad Civil y Movimiento Popular de Podemos, Rafa Mayoral; y las integrantes de la candidatura de Unidas Podemos a los comicios del 4 de mayo: Alejandra Jacinto y Carolina Alonso.
En su intervención, Iglesias ha destacado que la vivienda es uno de los elementos que mejor ilustran cómo funciona el poder en España y ha puesto como ejemplo la reacciones de determinados sectores a la
regulación del precio de alquiler, que exigen introducir en la nueva Ley de Vivienda para dar cumplimiento al acuerdo de gobierno de coalición.
Y es que para el también exvicepresidente la derecha le "incomoda enormemente" el artículo 47 de la Constitución que pauta el
acceso a la vivienda como un derecho, que los grandes propietarios de inmuebles "incumplen".
LA MINORÍA DE LOS PRIVILEGIOS "NUNCA DEJA DE VOTAR"
Todo ello revela, a su juicio, lo que ocurre en Madrid con la presencia de una minoría que busca mantener una estructura de privilegios "absurda" en términos de eficiencia económica, pero con fuertes aliados en sectores políticos, económicos y mediáticos.
Pero Iglesias ha advertido de que, pese a ser "menos gente", esta minoría "nunca se equivoca" y "no dejan de votar nunca". En consecuencia, ha calificado de "error" que en esta precampaña las formaciones políticas progresistas se centren en hablar de ellos mismos.
"Yo no voy a pedir el voto para Unidas Podemos porque creo que esto no va de partidos. Esto va de si vota solamente la misma minoría de siempre o de si mucha gente que muchas veces se han quedado en su casa va a votar".
"NI UNA MALA PALABRA" A OTRAS FUERZAS DE IZQUIERDA
De esta forma, ha exhortado a que los partidos de izquierda "no se lancen pullitas unos a otros" o se den "codazos entre ellos", dado que es precisamente el "mayor efector desmovilizador" que ha funcionado en Madrid durante los últimos años, y que la derecha política ha utilizado con "inteligencia".
Por tanto, no va a proferir "ni una mala palabra" al resto de candidaturas progresistas ni va a pedir el voto para Unidas Podemos, sino que la mayoría popular y las clases trabajadoras acudan a las urnas para que voten "en conciencia" lo que piensan que es mejor.
"Lo único que pido a la gente de los barrios trabajadores, a la gente de las ciudades del sur, a la gente del Henares, a la gente de los municipios de Madrid es que vayan a votar lo que les de la gana (...) pero que no tengan que sufrir la humillación que los niveles de participación en el Barrio de Salamanca son mucho mayores que en Parla, que en Vallecas, que en Pinto, que en Alcorcón o el corredor del Henares. Que voten lo que les de la gana pero no se queden con la sensación de que una minoría muy ruidosa, que no falla a la hora de votar, tienen que decidir las políticas que vivienda que luego afectan a la mayoría", ha enfatizado.
Para Iglesias, con el solo hecho de que esa mayoría social se levante el 4 de mayo para que "no vuelva a ocurrir que en Barrio de Salamanca" tiene un porcentaje de participación muy elevado, entonces habrá posibilidad de tener una política de vivienda, sanitaria, educativa y fiscal que represente los intereses de "es mayoría que no hace ruido, que no insulta ni da golpes con palos de golf".
COLAU: IMPORTANTE ENTRE TENER UN "MADRID CÓMPLICE U HOSTIL"
Previamente, la alcaldesa de Barcelona ha agradecido a Iglesias su "gesto político" al salir del Gobierno estatal para dar la "batalla decisiva para todo el país" que es defender en los comicios madrileños la "democracia" y los "derechos de la ciudadanía".
Colau ha ensalzado esa "valentía" del candidato de Unidas Podemos como elemento "movilizador" par conseguir un Madrid "diverso", "fraterno" y "colaborativo", dado que en Cataluña es importa la diferencia entre un "Madrid cómplice u hostil".
BELARRA: IGLESIAS HARÁ CUMPLIR LOS ACUERDOS
A su vez, Belarra ha subrayado que es "fundamental" que "fuerzas progresistas", sobre todo Podemos, revelen que no les "compra nadie" y que su palabra "pesa", viendo "que las derechas políticas y mediáticas van a usar la mentira como herramienta fundamental de trabajo".
Hasta el punto, según ha relatado, de cuestionar el "ataque con material explosivo" a la sede de Podemos en la localidad murciana de Cartagena, lo que supone "blanquear al terrorismo callejero". En consecuencia, es clave que tras las elecciones Madrid cuente con un presidente "decente" como Iglesias, que hace "cumplir los acuerdos" a las fuerzas progresistas en un contexto en el que la derecha y la ultraderecha "mienten".
CAMBIO DE RÉGIMEN EN MADRID
Mientras, Mayoral ha remarcado que hay un proceso de "cambio político" en estos comicios ante el cual Unidas Podemos "no va a bajar los brazos" mientras otros apostaban por la "desesperanza" y asumían "dos años más" de gobierno abanderado por la presidenta en funciones, Isabel Díaz Ayuso.
Con el paso adelante de Iglesias, la "burbuja" para multimillonarios en Madrid corre riesgo porque en estas elecciones "existe batalla y hat partido" para cambiar el "régimen" en la Comunidad. Eso sí, ha advertido de que los "poderes económicos" están conjurados para tratar de impedirlo y que ese cambio implicará también "cabalgar un tigre", pues la administración regional en manos del PP no está pensada para ponerla al servicio de la ciudadanía y hay que "darle la vuelta".