Un equipo de investigadores ha estudiado el perfil molecular de unas pequeñas vesículas mensajeras, denominadas exosomas, producidas por las células madre cancerígenas (CMC) que actúan en el proceso de carcinogéneis y de metástasis, en la sangre de pacientes con melanoma maligno; y han puesto de manifiesto que estas vesículas presentan una composición molecular diferente a las de aquellas producidas por células del tumor más diferenciadas.
Además, esas moléculas también son detectables en los exosomas presentes en la sangre y presentan diferencias en pacientes con melanoma maligno con respecto a individuos sanos, lo cual las hace susceptibles de ser consideradas potenciales biomarcadores para el diagnóstico y progresión de esta enfermedad.
El melanoma maligno es uno de los tipos de cáncer de piel más agresivos que existen y su incidencia está aumentando en los últimos años a nivel mundial.
Entre los factores que contribuyen a la letalidad y gravedad de esta enfermedad destacan la aparición tardía de los primeros síntomas, la falta de tratamientos eficaces, la alta tendencia que tiene a producir metástasis, y también los problemas que presenta su detección.
Desafortunadamente, el diagnóstico del melanoma maligno continúa siendo problemático a día de hoy debido a la falta de señales o indicadores, denominados biomarcadores, que permitan detectar esta enfermedad de manera temprana y precisa, así como predecir cómo va a progresar la enfermedad en un paciente una vez detectada.
Estas características previamente mencionadas, que hacen de este tipo de cáncer una enfermedad tan grave, pueden ser en parte atribuibles a las denominadas células madre cancerígenas (CMC), una pequeña población de células que existe en los tumores y que presenta las características típicas de las células madre.
Son responsables del inicio, crecimiento y mantenimiento de los tumores, así como de las metástasis y de las recaídas, incluso años después de haber erradicado un tumor.
Es por ello, que un equipo de científicos se ha centrado en el estudio de estas CMC y en concreto de unas pequeñas vesículas que actúan de emisarios de estas células, denominadas exosomas, que producen y envían a otras células y tejidos a modo de mensajeros para comunicarse mediante la transferencia de ciertas biomoléculas y condicionar la aparición de metástasis.
Se ha visto que estos exosomas están implicados en muchos procesos tumorales y las células los liberan y circulan a través de la sangre, representando una fuente de biomarcadores muy interesante, puesto que pueden aislarse fácilmente a partir de una muestra de sangre.
Este estudio ha sido realizado por un equipo de científicos liderado por Juan Antonio Marchal Corrales, catedrático del departamento de Anatomía y Embriología Humana y director de la Cátedra Dres. Galera y Requena de Investigación en Células Madre Cancerígenas, perteneciente a la Universidad de Granada, al Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA) y a la Unidad de Excelencia MNat: ModellingNature.