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Hablillas

La noticia de la semana

Lola Flores se nos fue por ley de vida y sin embargo no nos abandona porque no la dejamos

Publicado: 22/01/2023 ·
18:58
· Actualizado: 22/01/2023 · 18:58
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

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El sábado pasado Lola Flores habría cumplido cien años. Ha sido la noticia de la semana. Por estos días han pasado sus películas y el temperamento que la hizo inmortal desde que taconeó por primera vez. Con ellas nos hemos reído volviendo a los pocos años cumplidos ante la tele en blanco y negro, viéndola por casa como entonces, sintiéndola nuestra, de todos. En los noticiarios, en los programas televisivos y radiofónicos ha habido un espacio para hablar de su arte.

La hablilla de hoy también quiere recordar su voz andaluza en estas cintas, cómo envolvía a los personajes en la red de su lenguaje ágil y veloz, pero sin acapararlos, sin ensombrecerlos, aunque fueran estosquienes bruñían su arte. Muchos de ellos repitieron, como Miguel Ligero, secundario imprescindible en todas las cintas de los cincuenta, aunque empezara a rodar por ellas mucho antes, como Manuel Luna, Manuel Requena, Casimiro Hurtado y la entrañable Julia Lajos, todos al lado de actores y actrices cuyos trabajos recogieron el testigo de sus predecesores para ir agrandando las letras del cine español hasta llegar a las mayúsculas con que se escribe hoy.

Pero volviendo a los actores, con Lola trabajaron galanes de la época, como José Suárez y Juanjo Menéndez, entre otros, junto con galanes mejicanos. Su marido, Antonio González, su hermana Carmen y su hija Lolita también tuvieron papeles relevantes, sin embargo fue Fernando Fernán Gómez a quien probablemente más se le recuerde al sorprendernos con su vis cómica o bien con la toga o bajo el sombrero cordobés, una mezcla increíblemente perfecta por las tablas de ambos, entre las carcajadas cascabeleras de Julia Lajos y el baile salerosamente lacio del tío Regalito, imprescindibles ambos.

En uno de los coloquios sobre la artista, se señaló Embrujo como la mejor de sus películas, por la interpretación del momento que estaba viviendo la pareja protagonista, ella y Manolo Caracol. Dejando a un lado su relación y todo cuanto se supo con el tiempo, fue una suerte, como dijo Julia de Castro, que Pedro Lazaga la escribiera y Serrano de Osma la dirigiera, que el tiempo los hiciera coincidir para mostrar cómo Lola recitaba bailando. Para muchos fue la primera vez que vimos la fuerza arrebatadora hasta la perfección, más tarde llamada duende flamenco.

Lola Flores se nos fue por ley de vida y sin embargo no nos abandona porque no la dejamos. Se queda en esa charla ante un café, en una comparación entrañable, en ese movimiento de dedos y comunicación gestual cuando vemos bailar un palo flamenco. En todo está ella, viva y brillante. Como una estrella.

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