Hace media docena de años el novillero onubense Alejandro Conquero fue una de las novedades de la temporada española, en la que intervino en un importante número de festejos en los que consiguió algunos triunfos importantes que parecían iban a abrirle las puertas de una prometedora carrera, pero las circunstancias que rodean al intrincado mundo de la novillería hicieron que la carrera del dinástico torero (su bisabuelo Balongo toreó en la plaza de toros que se ubicó en la actual calle Gran Capitán y su padre, Pepe ‘Panaderito’, fue un novillero que actuó en numerosas ocasiones en nuestra ciudad y en otros muchos lugares) se ralentizara y disminuyera el número de actuaciones a lo largo de las siguientes campañas.
Por ello le preguntamos cómo vivió aquella etapa y nos comenta que “recuerdo aquel inicio como uno de los momentos más bonitos que he vivido. Realmente, lo viví con mucha emoción y responsabilidad, toreando muchos encastes y con el toro-toro, el que sale por la parte del Valle del terror, el que te hace poner a prueba cada día. Aquello me ayudó a crecer tanto como torero como persona y me dejó en muchos momentos sentir el toreo que yo siento de verdad”.
Tras esa época en la que recorrió España, la suerte le fue esquiva a Alejandro, que vivió cómo, de una temporada a otra, había sido olvidado por los empresarios. El novillero nos dice que “ese bajón sigue al día de hoy. Pasamos de torear mucho a torear muy poquitas novilladas. Es duro estar en el banquillo y más después de torear tanto pero las cosas están así para todos. El número de festejos es cada vez más reducido y es menos rentable montar toros y eso hace que proliferen los que se aprovechan de la situación y hace imposible aceptar las condiciones”.
Pese a los inconvenientes que ha encontrado, Alejandro no ha tirado la toalla y sigue en activo, como le sucedió el año pasado y que recuerda como que “la temporada pasada fue especial porque pude torear en mi tierra, algo que no se ha dado mucho en mi carrera, pero, a la vez, un poco agridulce, porque aunque salí por la puerta grande las dos tardes no pude cuajar faenas redondas”.
Por ello, Alejandro no descuida la preparación para la temporada que está a punto de iniciarse y comenta que “este invierno estoy con una preparación muy intensa y, sobre todo, en los entrenamientos y la preparación física y también mental para de cara a la alternativa”.
Y lo está haciendo en el campo, donde se refugió y de donde solo sale para ir a un tentadero, como sucedió la pasada semana. “Estoy en el campo entrenando y trabajando. Por la falta de lluvias se ha hecho esperar este año pero ya estamos empezando a hacer campo y se prevén muchos tentaderos y también mataremos bastantes toros”.
Durante el invierno se rumoreó que le habían propuesto la alternativa. El torero señala que “se habló de la alternativa para el 28 de febrero, pero finalmente no podrá ser. Me encantaría tomarla en Huelva, en mi tierra, con mi gente. Siempre ha sido mi ilusión tomar la alternativa en La Merced. Si no pudiera ser, puesto a soñar me encantaría en La Maestranza o en Las Ventas”.
Los proyectos para la temporada pasan por “poder tomar la alternativa e ir a dos o tres corridas más este año y dejar las puertas abiertas para volver a cada plaza para que toree e ir ganado un sitio poco a poco y cuando se de una oportunidad importante en una plaza de primera, aprovecharla de verdad”.
Desde hace tiempo está unido a la novillera María del Mar Santos. Alejandro habla maravillas de ella comentando que “María del Mar es una leona. Tira para adelante en cualquier circunstancia. Tiene muchísimo pundonor y lo da todo cada vez que sale a la plaza. Creo que nadie que vaya a verla saldrá indiferente y, aparte de esta raza, cuando torea bien, torea con un gusto exquisito”.
Lo que hace falta es que ambos tengáis la oportunidad de demostrar vuestras cualidades en el ruedo. Suerte, toreros.