La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva acoge a partir de este martes el juicio contra J.A.M.C. acusado de trata de blancas y de abusar sexualmente de una mujer inmigrante, de nacionalidad paraguaya, a la que trajo ilegalmente a España.
El juicio, que está previsto comience a las 10:30 horas, y durante el mismo está previsto la declaración de acusado y víctima, desde que sucedieron los hechos testigo protegido, y diferentes agentes de la Policía Nacional que participaron en la investigación de los hechos.
Por los mismos, el Fiscal ha solicitado para esta persona 22 años y seis meses de cárcel al considerarla responsable de un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal con fines de explotación sexual, de otro de determinación coactiva de mantenimiento de la prostitución, de un tercero de abusos sexuales y de una falta de lesiones, de los que es responsable el acusado.
En concepto de responsabilidad civil solicita que el acusado indemnice a la víctima con la cantidad de 12.000 euros por los perjuicios morales.
Los hechos tuvieron lugar en 2009 cuando este hombre entabló contacto en Paraguay con la mujer proponiéndole venir a España, haciéndose él cargo de todos los gastos y con la condición de que debería devolver la cantidad total de 4.000 euros cuando los ganase trabajando en España.
Ella aceptó y desde su llegada a España el 5 de febrero de 2010, el acusado le reclamó repetidamente el pago de la deuda, algo que hizo hasta que le faltaban 700 euros, momento en el que tuvo que dejar de hacerlo por la necesidad de enviar dinero a Paraguay para atender las necesidades de la enfermedad de su madre.
Desde su llegada a España la víctima trabajó como empleada de hogar y en otras tareas domésticas en Madrid, así como de recepcionistas en un piso dedicado a la prostitución, recalando en Huelva en octubre de 2011 para trabajar en un club de alterne, donde se dedicó voluntariamente a la prostitución.
El acusado logró dar con su paradero y volvió a exigirle el dinero que hubiera ganado coaccionándola para que siguiera prostituyendo, y obligándola después de su trabajo a acudir a bares llegando incluso en una ocasión a proporcionarle drogas y a mantener relaciones sexuales con ella sin su consentimiento.
Por último, el día 4 de abril de 2012, la obligó bajo amenazas a permanecer todo el día en su piso, llegando a sujetarla del brazo y lanzarla contra la pared, causándole varios hematomas.