El pasado 13 de junio Al Mutamid Fernández Cerero sufrió una caída en altura desde unos cuatro metros en Islantilla (mancomunidad regentada entre Lepe e Isla Cristina). Ese tipo de accidente es una de las principales causas de fractura del hueso calcáneo, en el talón, y él se lo fracturó, concretamente el de su pie derecho. Los foros médicos coinciden en que esa lesión, debido a su complejidad, se considera muy grave, y un tratamiento incorrecto puede derivar en patologías tales como la artritis o dolores crónicos. Pues la atención que este paciente está recibiendo del SAS no es la más correcta.
El día del accidente fue derivado al Hospital Infanta Elena, donde tras contemplarse la posibilidad de ser operado, finalmente los especialistas que lo atendieron decidieron no hacerlo, mandarlo a casa a la mañana siguiente con una férula, dos muletas, un plan de ejercicios y una cita de revisión para el 27 de junio. Ese día, Al Mutamid acudió a la cita y desde entonces (ya han pasado casi seis meses) no lo ha vuelto a ver un traumatólogo.
Lo siguiente, siempre según el testimonio del afectado, fue una cita el 26 de septiembre para una radiografía. Allí acudió y, oficialmente, Al Mutamid aún a fecha de hoy desconoce el diagnóstico de esa prueba: “El día que me hicieron la radiografía fui a la consulta pensando que tenía cita, pero una enfermera me dijo que me fuera a casa que ya me llegaría la cita del traumatólogo. Esa cita aún no me ha llegado”, lamenta este ciudadano triguereño de 35 años y residente en Huelva.
Pasado un tiempo, “me dijeron que llamara al teléfono de traumatología del Infanta Elena para reclamar la cita. Hice más de 30 llamadas en un día y el teléfono o comunicaba o no me lo cogían”.
Lleno de incertidumbre sobre la evolución de su compleja lesión, Al Mutamid, a finales de octubre, fue hasta en dos ocasiones a reclamar su cita a la consulta del Infanta Elena: “La primera vez que reclamé, una enfermera, a la que agradezco su amabilidad, se escandalizó al ver el tiempo que hacía que no me veían. La vi muy implicada. Me dijo que se había puesto en contacto con el médico y que si había problemas me llamarían. Que no me hayan llamado, en principio, me tranquiliza”, dice el paciente.
Pero a su vez reconoce la intranquilidad que le produce pensar en que desde el 27 de junio, fecha en que le quitaron la férula y le hicieron una planificación de tres meses de ejercicios, ya nada más le han indicado sobre cómo seguir su recuperación: “No sé lo que tengo que hacer, ni cómo tengo el talón, me preocupa que todo esto acabe mal, yo he dejado una muleta por mi cuenta y riesgo, y no sé si lo que estoy haciendo en mi día a día me viene bien o me viene mal”.
En cuanto al relato de su segunda reclamación verbal en la consulta, describe que lo único que le aportaron fue que “esperara al médico en el pasillo, lo abordara y le contara mi caso”. Fuentes del Hospital Infanta Elena consultadas por Viva Huelva indicaron que Al Mutamid “debería haber presentado una reclamación por escrito en el Servicio de Atención al Ciudadano que está en la misma entrada del hospital y se hubiera resuelto”.  
“Problema administrativo” y gesto de profesionalidad
Este periódico ha podido saber que la radiografía que se le realizó el 26 de septiembre señala una pérdida de calcio en los huesos y una evolución favorable de la fractura, algo que no se le ha comunicado al paciente de manera oficial. Fuentes sanitarias consultadas por este periódico indican que “no cuadra que lleve seis meses sin que lo vea un traumatólogo”, valora como una “urgencia” el caso de Al Mutamid y apunta, visto el protocolo médico aplicado, a un “problema administrativo” como causa del peligroso retraso.
Por suerte, la sanidad, como todo en esta sociedad de recortes y retrasos, sobrevive por sus profesionales. El pasado 25 de noviembre, Al Mutamid constató, a través de la misma enfermera que se escandalizó por su falta de revisión, que aún no tenía fecha asignada. Días después, esta enfermera, más allá del protocolo administrativo, le dio una cita para el próximo 13 de enero. Ese día Al Mutamid conocerá oficialmente cómo está su talón, qué tiene que hacer para seguir la recuperación y confiar en que la desatención que ha padecido no haya producido más daños a su ya de por sí engorrosa fractura.