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Huelva

Luces de Navidad para alumbrar un barrio sin luz

164 vecinos de la barriada Marismas III de Almonte, que viven sin suministro eléctrico, han inaugurado su particular alumbrado para reclamar una solución y no privar a los más pequeños del ambiente navideño.

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La barriada Marismas III de Almonte se ha llenado de luz con la llegada de la Navidad y sus 164 vecinos que viven sin suministro eléctrico han inaugurado su particular alumbrado navideño para reclamar una solución y no privar a los más pequeños del ambiente navideño.

La proximidad de las fechas navideñas se anuncia, en cualquier ciudad o pueblo, con la colocación de adornos y luces en la vía pública y estas familias han querido que la magia y la ilusión llegue también a sus calles a pesar de considerar que viven "fuera del sistema y de lo reglado", tal y como ha explicado a Efe uno de los vecinos, Antonio Delgado.

Para ello, tan sólo ha hecho falta un generador, un árbol de navidad, luces, algún que otro adorno, y la entrega y colaboración de todos los vecinos a los que Delgado define como "personas humildes y buenas".

La situación en la que viven estas familias se remonta a enero de 2011 cuando los propietarios de muchas de estas viviendas, tras cinco años de retraso en la entrega de las mismas por la quiebra de la constructora y problemas con la entidad financiera, decidieron entrar en ellas por necesidad y para impedir que fueran desmanteladas, como ha ocurrido en otras barriadas del pueblo.

A ellos se han ido sumando, posteriormente, otras familias que han ocupado viviendas que estaban vacías y que no tenían otra alternativa para lograr un techo bajo el que vivir.

Unos y otros, desde entonces, "hemos ido de la mano para hacer esta barriada habitable dentro de nuestras posibilidades, y lo hemos conseguido aunque lo que deseamos es que se nos vuelva a montar en el tren y podamos vivir con nuestras necesidades cubiertas con normalidad", según Delgado.

Sin suministro eléctrico ni agua, estas personas han hecho del compartir y del vivir según las necesidades del prójimo su máxima de vida y así logran poner al mal tiempo buena cara, y hacer que sus vidas sean un poco más fáciles.

Con agua de obra, que se van turnando para que cada uno pueda lavar la ropa o asearse y con generadores de combustible que les permiten tener ratos de luz y por cuyo consumo realizan pagos semanales, esta barriada y sus vecinos se han ido adaptando a un sistema de vida que en la actualidad "tiene su mérito", señala Delgado.

A todos estos esfuerzos han sumado ahora uno más, el que les supone dar a sus calles, a su barrio, un aire navideño porque, como bien dice Antonio Delgado, "son muchos menores los que viven aquí" y los que "como otros tantos niños han de disfrutar de la Navidad".

"Los adultos lo hemos hecho toda la vida y ahora ellos, por el hecho de vivir en estas condiciones no tienen porque verse privado de ello, así que, misión cumplida, llegó también la Navidad a nuestro barrio", indica.

Luces navideñas para alumbrar un barrio sin luz que da respuesta a la oferta de magia e ilusión que implican estas fechas, sobre todo para los más pequeños; y con en las que los adultos han depositado parte de sus esperanzas en que sirvan para que, más pronto que tarde, esta barriada deje de estar al margen del sistema establecido y se enganche al tren de la normalidad. 

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