De todo lo acontecido en la tarde-noche del sábado en el Andrés Estrada, Gabriel Carrasco, entrenador del Club Baloncesto Conquero, se quedaba más que con la victoria de su equipo contra Gipuzkoa UPV, con la comunión existente entre equipo y afición, que pudo despedir la temporada en casa con una gran alegría. “Lo importante es lo que pasa en la pista al final. La gente está volcada, quiere contacto con el equipo. Ver a niñas tan pequeña en el campo con nuestra equipación, y sin ella, saber los nombres de las jugadoras, es el germen que queremos y algo especial. Yo soy ya de los viejos, o expertos, del lugar y nunca había visto esto. Es nuestro tesoro y lo protegemos con vehemencia y era necesario darle el premio a nuestra afición de irse contenta y ver a las jugadora entregarse”.
Después de dos meses que para el entrenador onubense fueron “una travesía por el desierto”, una vez se consiguió equilibrar la plantilla han llegado los resultados y la pena es que haya sido faltando tan poco para que finalice la liga regular. El equipo se ha quedado a muy poco de poder pelear por una plaza en las semifinales y así lo analizaba Carrasco: “La liga ha sido muy igualada y llegar a las once victorias que tiene el cuarto clasificado ha sido muy caro, como también las nueve que tenemos nosotros. Hemos tenido desaciertos, tanto en la cancha de juego como en algunas incorporaciones. Intentamos reaccionar para hacer nuestra mejor participación y ahora estamos con tres victorias consecutivas y tenemos que disfrutar y alargarla. Queremos la décima, aun sabiendo que vamos a la cancha de un equipo que necesita la victoria y la derrota de Zamora para seguir en la categoría”.