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Huelva

El incendio de Riotinto, una década de ocaso impune

El 27 de julio de 2004 se declaró el incendio de Riotinto, el más importante registrado en Andalucía, que afectó a 34.291 hectáreas y acabó con la vida de dos personas; una década después, y pese a una inversión de 77 millones de euros, los efectos de este fuego siguen siendo patentes

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El 27 de julio de 2004 se declaró el incendio de Riotinto, el más importante registrado en Andalucía, que afectó a 34.291 hectáreas y acabó con la vida de dos personas; una década después, y pese a una inversión de 77 millones de euros, los efectos de este fuego impune siguen siendo patentes.

Nadie podía presagiar aquella tarde de verano que el incendio declarado sobre las 16:35 horas en un pinar posterior a la barriada Los Castos, en Riotinto (Huelva), uno de los cuatro focos que se detectaron esta tarde por la zona, acabaría, de un plumazo con las expectativas y el futuro de muchos pequeños propietarios de Berrocal (Huelva) y El Madroño (Sevilla), los dos municipios más afectados por un fuego que se extendió por 13 localidades.

Durante tres años hubo un presunto responsable, Emilio Perdigón, que desde el principio se declaró "cabeza de turco", y que el 27 de enero de 2010, tras la celebración del juicio, fue absuelto por la Audiencia Provincial de Huelva por falta de pruebas.

De ahí que en el décimo aniversario del incendio, desde la Plataforma Fuegos Nunca Más, según ha explicado a Efe su portavoz, Juan Romero, se pone el acento en que "se haya pasado página sin saber quién quemó el monte y qué intereses había detrás del incendio, ni la Justicia ni las instituciones han sido capaces de averiguar el porqué", ha lamentado.

Lo cierto es que tras el incendio, en los años sucesivos, prácticamente hasta 2010, la inversión acometida en la zona afectada ha sido de 77,7 millones de euros, de los que 8,4 los aportó el antiguo Ministerio de Medio Ambiente y el resto desde la Consejería andaluza del ramo, para ejecutar distintos trabajos que tenían como objetivo fundamental la recuperación del monte y dotar a estas poblaciones de un futuro.

Según los datos facilitados a Efe por la Consejería, a día de hoy el grado de ejecución de los trabajos es del cien por cien, al haber finalizado todo lo ejecutable desde de lo proyectado.

Además, se destaca que junto con esta inversión, en el año 2012 se concedieron más de 1,4 millones de euros a propietarios a través de la orden de incentivos de ese año, y que el Plan de Choque por el Empleo aprobado por decreto el año pasado, ha supuesto una inversión en los años 2013 y 2014 de casi dos millones de euros y una generación de empleo de 14.341 jornales.

Desde Fuego Nunca Más se reconocen esos trabajos y "la regeneración del monte en muchas zonas, donde ya se observa el verde de los matorrales" pero, a pesar de ello, "el monte está abandonado, porque no rinde, no crea, empleo y riqueza, la gente está desmotivada".

Uno de los principales efectos de este incendio fue la pérdida de rentabilidad económica del monte pues, según los datos de la Consejería, se quemaron 4.923 hectáreas de alcornocal, de las que 3.275 eran de propiedad privada y las pérdidas anuales en la producción de corcho se cifraron en torno a 600.000 kg/año.

Por ello, desde el principio, uno de los grandes problemas que se suscitó fue abordar la difícil situación en la que habían quedado cientos de pequeños propietarios a los que se les habían quemado sus fincas, llegándose a firmar 384 convenios con un total de 1.608 parcelas y 14.525 hectáreas.

Sin embargo, a juicio de Fuegos Nunca Más, según ha señalado Romero, se cometió "un grave error que fue no conceder las ayudas directas a afectados para que esos 77,7 millones de inversión se hubieran utilizado en la puesta en valor de las fincas aduciendo que era crear la economía del fuego".

"Hubo mucho interés por la zona en los primeros años, pero al tercero casi todo quedó en el olvido, como la promesa que hizo el expresidente de la Junta Manuel Chaves de mantener un convenio a 15 años hasta recuperar el monte, algo que ha pasado en el más absoluto de los olvidos; el proporcionar corcho a la cooperativa corchera de Berrocal, que sólo se hizo el primer año o incentivar el turismo", ha indicado.

Después de una década de este incendio aún se vive más en la sombra que en la luz en la denominada "zona cero", Berrocal y El Madroño. Sus vecinos aún recuerdan con miedo y nostalgia lo sucedido aquella tarde del 27 de julio de 2004 y afrontan el futuro con todo el optimismo que su realidad le permite, rebeldes y reivindicativos, ante el deseo de que su monte vuelva a ser lo que era.

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