Hay motivos que a veces impiden que la calidad de un jugador, contrastada en temporadas anteriores, brille como debe. El Jaén Paraíso Interior FS ha hecho esta temporada una renovación de su plantilla que ha mejorado a la que había el año pasado pero muchos han obviado que los fichajes, y más si llegan en grupo, necesitan un proceso de adaptación.
El mejor ejemplo lo protagonizó este sábado Mati Rosa.
El argentino llegó a Jaén tras una lesión de larga duración y ante el Vila Albali Valdepeñas acabó siendo decisivo, a pesar de que sus actuaciones hasta el momento se habían quedado en discretas. No fue un partido excelso el que jugador los amarillos en tierras manchegas pero sí uno de los mejores en cuanto a competitividad e intensidad.
Volvieron a sufrir una expulsión (está en mi opinión merecida) de Renato pero aguantaron bien la inferioridad.
Ya antes Mati Rosa había abierto la lata con una preciosa volea y Attos había estrellado un balón en el poste.
Acabó la primera parte en inferioridad y empezó la segunda de igual forma un cuadro jienense que amplió distancia en el marcador por mediación de Taborda, aunque poco después Lemine anotó, haciendo que se asomasen a la cabeza de los amarillos los fantasmas de las dos últimas derrotas.
Taborda hizo el tercero para dar tranquilidad a falta de ocho para el final pero con portero jugador y, cuando restaba un solo minuto, Valdepeñas volvió a marcar para brindar un final de infarto al Virgen de la Cabeza.
No lo hubo porque apareció Mati Rosa para, después de estrellar un balón en el larguero en la jugada anterior, hacer el segundo en su cuenta particular y cerrar el partido con un dos a cuatro.