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Jaén

“Lo peor es la falta de profesionalización”

Juan Luis Ávila, reelegido al frente de la COAG, considera una “sinvergonzonería” el recorte en las ayudas de la PAC y recuerda que ellos ya lo advirtieron

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  • Juan Luis Ávila -

A Juan Luis Ávila Castro la pasión por la agricultura y el mundo rural le viene de tradición familiar. Su padre y otros descendientes  labraron los olivos que ahora él cultiva con mimo en su finca de Torrequebradilla, su pueblo natal. Este biólogo de 38 años fue reelegido el pasado mes de marzo como secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Jaén, un puesto que ocupa desde 2012 aunque desde mucho antes entró en esta asociación agraria.
Ávila, que es también responsable de Aceite de Oliva en COAG-Andalucía, recuerda que su organización ya advirtió hace tres años de las consecuencias  que el reparto de la Política Agraria Común (PAC) tendría para la provincia de Jaén, y entonces se les hizo poco caso. Por eso ahora, cuando se ha conocido que Jaén perderá 270 millones de euros hasta el año 2020 en ayudas directas, este dirigente agrario se muestra así de contundente: “Lo ocurrido es una sinvergonzonería. Se ha producido un robo y se le ha sacado el dinero a una provincia donde predominan las explotaciones pequeñas y familiares”. 
A la hora de buscar las causas a este serio revés para los intereses de los olivareros jienenses, Juan Luis Ávila  subraya que, tras un primer reparto entre países “que fue sensato”, el golpe vino en el reparto nacional por parte del Gobierno a las comunidades. ¿Y qué ha fallado?  “Quizá no fuimos capaces de dar un mensaje único de cara a una gran movilización social, pues hubo otras organizaciones que fueron cómplices con el Gobierno y negaron las pérdidas”, subraya.
Consumado el recorte de fondos, el secretario de COAG dice que solo toca “mirar hacia adelante”. Por un lado, van a seguir insistiendo en la petición de ayudas asociadas al olivar de montaña, un mecanismo que el Gobierno sí puede revisar este mismo año. Pero, sobre todo, cree que el  trabajo debe centrarse en mejorar las medidas de regulación de mercado, un aspecto que considera “mucho más importante que el de las ayudas”. Ahora que los precios del aceite superan los tres euros  entiende que es el momento de tomar medidas que, a su juicio, deben pasar por  “dar amparo a las cooperativas y productores para igualar las reglas de juego ante la gran distribución”.
Por cierto, Juan Luis Ávila también apunta a que el precio óptimo del aceite debe estar en el entorno de los 3 euros/kilo, y recuerda cómo no se han cumplido los mensajes de algunos agoreros que vaticinaban una pérdida de consumo a ese precio.”No sólo no se ha reducido el consumo, sino que las exportaciones crecen cada año”.
COAG no rehúye tampoco el debate sobre la reconversión del olivar en la provincia, pero traza sus líneas rojas. “Reconversión, sí, pero ojo con las políticas que primen el olivar superintensivo que acaben por deslocalizar el centro de producción del aceite que tiene Jaén”. Una reconversión que, a juicio de Ávila, no es incompatible con la necesidad de avanzar más hacia la diversificación agraria de la provincia. “Ahora tenemos todos los huevos en la misma cesta, y ya se sabe que cuando viene un año malo las tortas son mayores”, indica.
Sin eludir la autocrítica, el responsable de COAG en Jaén tiene claro cuál es la principal amenaza del sector agrario: “El problema es la falta de profesionalización del sector”, resume. Y alerta de la necesidad de afrontar con decisión el relevo generacional en el campo. En Jaén, expone Ávila, más de200.000 hectáreas de olivar están en manos de olivicultores  de más de 70 años, que aguantan buscando una pensión digna. Por eso considera  que es necesario “más agilidad y más incentivos fiscales” para atraer a los jóvenes al campo. Saluda el incremento del presupuesto de la Junta de Andalucía para jóvenes agricultores, pero advierte de que las ayudas (que pueden llegar hasta los 70.000 euros) todavía pueden ser insuficientes y pueden excluir a unos 500 demandantes en toda Andalucía.
Juan Luis Ávila no cierra la puerta a una alianza con otras organizaciones agrarias (en los últimos años se ha buscado ese acuerdo en Andalucía con la UPA)), pero también aquí pone sus condiciones. “Estamos abiertos a cualquiera que defienda un modelo de agricultura familiar, pero siempre desde la premisa de nuestra independencia total de los partidos políticos”.  Admite en ese sentido que la unión con UPA no llegó a cristalizar porque “no daban el perfil” que ellos pedían. “La unión a toda costa no era posible”, dice.
Desde la COAG esgrimen que tienen en la actualidad 5.000 asociados en la provincia, aunque dicen que es mayor el número de solicitudes de la PAC que tramitan. Un peso, en todo caso, que no les ha valido para estar presentes en la mesa de negociación del convenio colectivo del campo. Un Juzgado de lo Social desestimó en su día esa pretensión, que venía avalada por más de 2.000 firmas. Sin embargo, Ávila critica la incongruencia de que UGT y UPA  tengan representación por separado pese a formar parte de la misma estructura.
Juan Luis Ávila, que presume de haber estudiado Biología en su tierra, considera una “prioridad absoluta” el contar con un Grado de Ingeniería  agrónoma en la Universidad de Jaén (UJA) y evitar que ahora los jóvenes tengan que formarse fuera. A la Universidad le pide Ávila que “lidere mucho más todo lo relacionado con la innovación y la investigación en el aceite de oliva”. A su juicio, teniendo en cuenta la potencialidad de la provincia en el ámbito agrario “es preciso que la Universidad no vaya por un lado y el sector agrario por otro”.
De igual forma, Ávila cree necesario “que se ponga en valor el potencial tremendo” que hay, y no se está aprovechando, dentro de los subrproductos del olivar”, un aspecto que liga con la necesidad de avanzar más en toda la vertiente medioambiental y la sostenibilidad del olivar.

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