El tiempo en: Chipiona
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Jaén

“Me encanta emocionar a mis entrevistados”

Rafael Rus (Jaén, 1969) lleva casi tres décadas dedicado al mundo audiovisual y ha hecho de la televisión, especialmente del documental, su “método de lenguaje”

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • Rafael Rus. -

Lleva casi tres décadas dedicado al mundo audiovisual y ha hecho de la televisión, especialmente del documental, su “método de lenguaje”. Le gusta improvisar entrevistando a sus lagartos y lagartijas, con el único fin de emocionar a sus invitados. Tras dieciséis años y medio como redactor y director de programas en Onda Jaén RTV, en la actualidad vive un “momento muy dulce” en su profesión, agradeciendo la “total libertad” que le conceden en su trabajo.

El periodista Rafael Rus (Jaén, 1969) ha popularizado el sofá de su casa como espacio de entrevistas y en las tres temporadas de su ‘De lagartos y lagartijas’ han pasado más de ochenta personas. “Me encanta emocionar a mis entrevistados. Establezco un vínculo muy especial. Con muchos, puedo decir que ahora tengo una amistad de por vida”, dijo.

Con tres cámaras propias, Rus graba y pregunta buscando “humanizar” a sus entrevistados. El piropo más bonito que le han dedicado como profesional de la televisión es que han llorado de emoción viendo su programa. “Me emociona que la gente se emocione”, confirma.

Se siente como pez en el agua en una Jaén de la que admira su historia. De hecho, en la actualidad se encuentra inmerso en la grabación de dos series documentales sobre la Transición, desde 1973 a 1982. Después de seis años de trabajo, está en fase de realización de entrevistas y espera que a principios de 2018 pueda estrenar. “Me enamoré de esa época haciendo un documental sobre política en el programa Criados cuesta arriba, con Fernando Calahorro”, recuerda un periodista que reconoce sentir “pena” porque “los jienenses no conozcan casi nada de su historia”.

Estudió Imagen Visual y Auditiva en la Universidad Complutense de Madrid y comenzó a ejercer el análisis fílmico en la Revista Elio y Radio Nebrija de Madrid. En Jaén, de 1997 a 2004 firmó sus críticas de cine en el diario Ideal. “Me gusta el cine de autor. Ya no ponen películas interesantes en los cines”, apunta un hombre que reconoce que no echa de menos escribir críticas. “Ya no se llenan ni los cines ni el teatro. Hay que llevar al público a empujones”, lamenta. 

Rus señala que la crisis ha hecho una “mella brutal” en la cultura de la ciudad y que Jaén está “muy castigada, casi muerta”, a la vez que reconoce que “la gente de la cultura no va a lo que se programa”, a pesar de que Jaén “puede presumir de profesionales maravillosos”. Asegura que se está viviendo “la época dorada del cine hecho en Jaén, por gente de Jaén”. Sin embargo, es “muy preocupante el desapego total de los jienenses con la cultura”,  valora.

Desde niño quiso dedicarse al cine. Con dos años era compañero de butaca de su padre. “Me quedaba embobado”, recuerda un hombre que con 11 años vio la que hoy es su película favorita: El hombre elefante. “Aún me parece una obra maestra”, dice.

Es de los que defiende que un cine a las afueras del centro “da más espectadores” y aunque considera una “locura” recuperar los cines Alkázar, quien lo consiga, tendrá su aplauso.

Es uno de los organizadores del certamen Decortoan y miembro de la Asociación Cultural Jaén Audiovisual, en apoyo a la gente del sector. “Nunca me he atrevido a grabar un corto. Narrar cine es algo muy difícil.  Con el documental he encontrado mi método de lenguaje y he saciado el gusanillo del cine”, puntualiza.

Los premios Asecan del cine andaluz lo han reconocido este año con el galardón a la mejor labor informativa sobre cine en Andalucía por su programa ‘Onda Corta’ y la información cinematográfica de los informativos de la televisión municipal. En 2004 recogió el mismo premio por ‘El ojo mecánico’. “Estos premios me han dado reconocimiento, pero no me han cambiado la vida en nada”, bromea. De hecho, preferiría que su carrera profesional transcurriera en Jaén, de donde no quiere irse a pesar de denunciar el cainismo y la apatía de su ciudad. “En Jaén soy muy feliz”, termina.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN