Apenas ha transcurrido un año desde que el Ayuntamiento de Jerez asfaltó el sendero del lóbulo 1 de 2,5 kilómetros de la Laguna de Torrox para corregir los desperfectos que se venían observando hasta entonces, en una actuación que inicialmente no estuvo exenta de polémica ante la negativa de la asociación de vecinos de la zona e incluso las críticas que se generaron a través de las redes sociales. Sin embargo, con el paso del tiempo, las ventajas de accesibilidad del nuevo firme -más adaptado que el anterior a la práctica deportiva y al ocio familiar- han convencido a la mayor parte de los vecinos, hasta el punto de que se ha incrementado notablemente la presencia de familias y corredores en este entorno natural.
Mientras está en cartera que el Gobierno local realice la misma operación con el lóbulo 2 para que se beneficien más vecinos, en la federación local de asociaciones de vecinos Solidaridad creen que ha llegado la hora de regular el uso de estos senderos que ahora mismo es compartido por ciclistas, viandantes, patinetes eléctricos y patinadores. Una “masificación de ruedas” que entienden que no deben dejar a la ligera para que no vaya a más.
La reclamación no es nueva, siempre estuvo sobre la mesa, pero ha cobrado peso después de estos doce meses tras comprobar in situ lo que sospechaban que podría pasar. Así lo planteará Solidaridad en la próxima reunión de la Mesa de Movilidad, en la que pedirán asesoramiento para ver de qué manera se delimitan los carriles o se llevan a cabo marcas viales de segregación que sean compatibles con el proyecto.
A la par, tal y como explica el vicepresidente de Solidaridad, Manuel Cazorla, en el seno de la federación vecinal también van a pedir a las asociaciones de vecinos de la zona y de ciclistas que hagan sus aportaciones.
“No era utilizado antes por nadie, ni por los propios vecinos, ahora está muy bien pero hay que velar por todas las partes, aunque el peatón tenga siempre la prioridad. Ahora es un batiburrillo de muchas cosas, con un uso compartido entre patinetes, viandantes, ciclistas, bicis, madres con carritos... y hay que gestionarlo adecuadamente para que no haya perjuicio a ninguno de ellos ni al entorno del que disfrutan los jerezanos que vienen expresamente a este parque”, señala tras destacar la buena acogida que ha tenido este cambio en su fisionomía.
Ahora lo que toca es que esta reclamación vecinal se vaya concretando en aras de la mejora de este enclave para evitar que en los días de mayor afluencia haya algún que otro susto entre sus usuarios. “Hay veces que aquello es una feria y hay que tener siete ojos porque hay patinetes que pasan a 60 kilómetros por hora, niños pequeños con su patín o el padre en la bicicleta con el niño”, señalan vecinos asiduos a este espacio de esparcimiento público.
En la propia asociación de vecinos de la Laguna de Torrox ven con buenos ojos “regular un poco” este espacio, mientras esperan que las obras de repavimentación del lóbulo 2 comprometidas por el Gobierno local lleguen también lo antes posible.
En el caso del Lóbulo 1, el presupuesto ascendió a 250.000 euros con el objetivo de mejorar la seguridad, la estética y sobre todo la accesibilidad de este sendero perimetral que tan utilizado es a diario. ¿Cómo se actuó entonces? Cambiando el firme existente por un pavimento más flexible, filtrante y uniforme, de color rojizo, del mismo compuesto al empleado por el Ayuntamiento en la elipse perimetral de la Pradera de Chapín.
Desde la federación de asociaciones de vecinos Solidaridad también hacen un llamamiento al civismo por los actos vandálicos que han registrado en la zona, en la que se la instalaron de bancos, papeleras, fuentes y señales de uso para corredores y ciclistas. En este sentido, el colectivo no descarta incluso solicitar la instalación de cámaras de vigilancia.
