De La Riva Sherry Homes ha iniciado ya la comercialización de la promoción inmobiliaria que va a desarrollarse en el antiguo complejo bodeguero de este mismo nombre, situado en la confluencia entre las calles Arcos y María Antonia de Jesús Tirado, frente a Pío XII.
Los promotores plantean la construcción de 43 viviendas de lujo, con precios que oscilan entre 275.000 y 415.000 euros.
Lo más sobresaliente de este proyecto es la apuesta que se realiza por conservar la singularidad del antiguo complejo bodeguero en cuanto a morfología, materiales, iluminación y texturas, preservando por tanto su identidad original.
Por extensión, estas viviendas disfrutarán de los espacios libres anexos, patios y almizcates, ya sean privados o en zonas de ocio comunes cuya vegetación y espacios anexos reforzarán aún más si cabe el concepto de vivienda bodeguera por el que apuesta esta promoción inmobiliaria.
La promoción se va a desarrollar en dos fases y contempla la construcción de viviendas unifamiliares, así como de chalets adosados de 3, 4 y 5 habitaciones.
Todo ello se completa con unas zonas comunes en las que sobresalen los espacios ajardinados.
Se trata en definitiva de un concepto de vivienda “única en el mundo”, ya que ofrecen la posibilidad de compartir espacios históricos interiores con jardines privados y amplias zonas comunes”.
El complejo bodeguero De la Riva destinó un espacio de 16.000 metros cuadrados al vino, destinándose ahora gran parte de esa superficie a patios, jardines, almizcates y otrosespacios exteriores.
Esta singular promoción de viviendas destinará todo este espacio a reproducir espacios libres bodegueros como zonas comunes en forma de bellos jardines que permitarán a los propietarios compartir espacios libres con los propios vecinos.
El complejo inmobiliario contará con piscina, zona de solárium, área de juegos infantiles e incluso preinstalación de punto de recarga de vehículos eléctricos.
Esta actuación en la antigua bodega de La Riva es posible después de que el Pleno aprobara en diciembre de 2020 una modificación del PGOU que favorecía la construcción de un centenar de viviendas en los tres cascos que lo integran, al permitirse las entreplantas.
Esa modificación había sido solicitada por los promotores, permitiendo otras formas de intervención en estas naves catalogadas, de modo que pudieran ser destinadas a viviendas sin que su grado de catalogación se viera alterado.
Desde el Gobierno local se puso este caso como ejemplo de colaboración entre los sectores público y privado, toda vez que la modificación del PGOU iba a favorecer el desarrollo de nuevas intervenciones en el centro que deben traducirse en generación de actividad económica y empleo.
De entrada, el Ejecutivo municipal estimó tras la aprobación definitiva de esta modificación puntual que el desarrollo de este proyecto dejaría unos 277.000 euros en las arcas municipales gracias a la concesión de licencias.
