En una rueda de prensa con periodistas extranjeros para presentar las líneas generales de la nueva política exterior británica, Hague señaló que Gibraltar pertenece a una de esas áreas donde “habrá continuidad” con el enfoque del anterior gobierno laborista. En todo caso, Hague, quien comunicó su posición la semana pasada a su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, se mostró dispuesto a trabajar en el seno del Foro Tripartito de Diálogo para impulsar las cuestiones sobre el Peñón que afecten a las tres partes.
En el encuentro con la prensa, el titular del Foreign Office dijo que la nueva política exterior de Gran Bretaña estará marcada por el “optimismo”, con la intención de estrechar relaciones con los países emergentes y aprovechar las “inmensas oportunidades” de negocio que ofrecen, incluso las áreas en conflicto de Oriente Medio.
Sobre Europa, Hague propugnó que el Reino Unido tenga un papel “activo y activista” en la Unión Europea, y ofreció su colaboración al resto de países en asuntos como el cambio climático, la seguridad energética y la promoción del crecimiento.
El ministro adelantó que propondrá a sus colegas europeos que la UE desarrolle una función más relevante y asista a Estados Unidos en la resolución del conflicto entre Israel y Palestina.
En cuanto a los problemas que afronta la eurozona, se mostró “flexible” a estudiar medidas para mejorar la situación -reconoció que al Reino Unido le interesa un euro “fuerte y estable”-, si bien advirtió de que su país no está en disposición de hacer aportaciones económicas debido a que afronta sus propias dificultades financieras por el “enorme déficit heredado”del gobierno anterior.
Por supuesto, también rechazó la posibilidad de que Gran Bretaña se una al euro, un compromiso electoral del Partido Conservador que ha aceptado para el pacto de coalición el mucho más europeísta partido Liberal Demócrata.
