La propuesta de Javier Ayarza reúne piezas de sus colecciones 'El otro Trafalgar' y 'El asilo de las aves', dedicadas, respectivamente, a las especies marinas y a los pájaros. 'El otro Trafalgar' se inspira en la imagen de animales muertos o de restos que el escultor encontraba en sus paseos por la playa y está compuesto de obras como 'El sueño de la tortuga', el cráneo de bronce de dos metros situado a la entrada del recinto que alberga la Feria de Aves de Tarifa.
'El asilo de las aves' reúne una serie de obras en las que las aves adquieren formas antropomórficas que se retuercen en jaulas. "Puede que sí", responde el artista cuando se le comenta que 'El asilo de las aves' recuerda en ocasiones la imaginería de El Bosco, "quizá sea por el componente dramático".
Ayarza insiste en la intención de denuncia social de su obra contra el "maltrato" animal y las consecuencias "de la falta de conciencia" en la naturaleza y sus habitantes. Si en Ayarza predomina una componente onírica, a veces próxima a la pesadilla, Díaz se muestra más próximo a las directrices de la geometría y las matemáticas que gobiernan la naturaleza.
La selección de Chiqui Díaz para la Feria de Aves de Tarifa da cabida a aves, insectos y mamíferos. Díaz explica que su obra parte de un estudio de las proporciones y de la morfología de los animales para, a partir de ahí, comenzar la fase de ejecución artística. Añade que su mensaje a favor de la naturaleza no está tanto en la denuncia como "en mostrar la belleza de todo lo que ofrece, tratando siempre de interpretar, no de reproducir".
Ambos artistas coinciden al afirmar que el hecho de exponer en una feria de aves, al margen del circuito de las galerías, supone llevar sus obras a un espectro más amplio de público.
"Quizá aquí no importe tanto la posibilidad de vender una obra, sino llevar el arte a lugares en los que se contemple de otra manera y en los que llegue a un mayor número de personas", afirma Ayarza.