Tres arquitectos dan el paso para que el centro “deje de doler”

Publicado: 12/01/2013
José María Aragón, Carlos Gutiérrez y José Luis Nietos han desafiado a la crisis con su proyecto Livingtown, con el que aspiran a revitalizar el casco histórico aprovechando el valor del patrimonio que en estos momentos está en desuso
No son tres iluminados que de la noche a la mañana se hayan planteado “rehavitalizar” (rehabilitar + vitalizar) el centro histórico de Jerez, su tierra natal. José María Aragón, Carlos Gutiérrez y José Luis Nieto son tres jóvenes arquitectos con una dilatada experiencia que hace algún tiempo decidieron “cambiar el chip” y formarse en la dirección integrada de proyectos (Project Management). Livingtown es su propuesta empresarial para gestionar la materia prima de Jerez de forma “eficiente” e implicar a todos los agentes sociales y administraciones para que pasear por San Mateo, Santiago o por San Juan deje de “doler”, como ocurre en estos momentos ante la sucesión de fincas o inmuebles en ruinas y espacios que bien gestionados podrían dar la vida que el centro nunca debió perder. Dicen basta al construir por construir y a dejar a los promotores a su libre albedrío sin asesoramiento y en medio de un proyecto descontextualizado que al final acaba haciendo aguas. “Nos duele que el proyecto de Jerez se siga retrasando por la falta de eficacia”, explica Aragón.
“Residencia, comercio y trabajo son las “tres patas” sobre las que se asienta un proyecto que lleva como hilo conductor el flamenco, “porque somos la cuna del flamenco, eso ya lo tenemos, pero hasta ahora no se ha desarrollado para crear industria y faltan actividades relacionadas con el flamenco en el centro”, continúa Gutiérrez. Y es que tienen claro que el potencial de Jerez como referente de este género no tiene que explotarse de forma aislada como en su momento se hizo con la añorada Ciudad del Flamenco. Su estrategia es global, parte del concepto del patrimonio como un valor “utilitario”, un “punto de encuentro”, un “tesoro” enfocado a la generación de actividad y empleo.
Son conscientes de que pueden tacharlos de utópicos, pero sus actuaciones tienen “un principio y un fin” y su punto de partida ya ha empezado con rondas de contactos con todos los agentes sociales, desde asociaciones de vecinos, comerciantes, colectivos pro defensa del patrimonio hasta emprendedores, y pronto llegará la hora de sentarse con el Ayuntamiento.  Están  en plena fase de captación de los metros cuadrados disponibles (inmuebles, solar, espacios abandonados) para fijar esta bolsa de oportunidades que necesita Jerez y en su sede de Residencial Valdespino ya empieza a sonar el teléfono de los primeros interesados. El siguiente paso es hacer un estudio básico (gratuito) o avanzado para en el plazo de un año estudiar sus posibilidades y una estrategia de futuro. Nada está diseñado al azar, dado que en esta etapa entrarán en acción los especialistas y se les asesorará para que inversores y emprendedores apuesten sobre seguro. 
La clave del éxito, es decir, del crecimiento económico,  va unida a que singularidades de Jerez como el flamenco, la gastronomía o el clima se conviertan en reclamo y atractivo para unos inversores que no tienen por qué ser siempre nacionales.  A los “padres de Livingtown” (www.livingtown.es) les basta recorrer cualquier calle para darse cuenta del trabajo que queda por hacer. “No hay equipamiento, no hay cines, no hay gimnasio, sólo hay tiendas y bares y las personas que quieran venirse al centro a vivir necesitan mucho más”, apunta Nieto, que vive en el casco histórico y es testigo de lo desamparados que pueden llegar a estar los turistas cuando visitan el casco histórico en cualquier momento del día. Esta idea pionera empieza en Jerez pero aspira a llegar a cualquier centro histórico de cualquier ciudad europea. Reinventarse o morir.

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