Tras el parón de agosto en los juzgados, mes inhábil para juicios y otros efectos judiciales, el recién estrenado septiembre reanuda la actividad con varias fechas importantes para este otoño en las que se juzgarán dos de los sucesos que más han conmocionado a Jerez en los últimos años: el crimen del botellódromo que le costó la vida al menor Jairo Gómez, entonces con 17 años, hace poco más de un año, y la explosión de un petardo en el que perdió su ojo izquierdo Rocío Vázquez en la Nochevieja de 2007. El primero está señalado para el próximo 27 de septiembre y el segundo para el 10 de octubre, aunque los familiares de Jairo Gómez han tenido que aguardar mucho menos tiempo que la propia Rocío Vázquez a la hora de que se dictamine justicia -poco más de un año los primeros, casi cinco años la segunda-.
Cinco años han tenido que esperar Rocío y su madre para que su caso sea juzgado. Después de una instrucción más lenta de lo habitual, cambio de abogados de por medio, múltiples operaciones y evaluaciones del forense -aún no ha recibido el alta y está pendiente de nuevas intervenciones -, su juicio era señalado para el 10 de octubre en la Audiencia Provincial. Ahora esta vecina de Los Albarizones, donde ocurrieron los hechos, y madre de dos hijos, volverá a reencontrarse con los dos imputados, Manuel C.G. y Francisco Javier C.P, padre e hijo respectivamente.
Tanto el Ministerio Público como la acusación particular piden para ellos 2 y 3 años de cárcel por un presunto delito de lesiones con imprudencia. Pero además de los perjuicios físicos, la joven ha tenido que ser tratada por un psiquiatra por un “trastorno de estrés postraumático” y debido a las consecuencias de la explosión del petardo en su cara tiene reconocido un grado de minusvalía del 48 por ciento por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. En la ejecución de la sentencia, la acusación particular también pedirá por tanto una indemnización por las secuelas que sufrirá esta joven de por vida.
El caso de Miriam Tamayo
También a la vuelta de las vacaciones, el juzgado retomará la fase de instrucción con las pruebas periciales una vez concluida la testifical por el caso de Miriam Tamayo, la joven fallecida en junio tras recibir múltiples puñaladas.
