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La Inspección aflora al año 2.700 casos de economía sumergida en Jerez y la provincia

La crisis ha aumentado en un 25% el empleo irregular en esta zona. A las empresas que se valen de la desesperación del demandante de empleo, se une la práctica de compatibilizar indebidamente el cobro de prestaciones públicas con otros trabajos

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  • Dinero -

Una de cada cuatro visitas que realiza la Inspección de Trabajo a las empresas de Jerez y el resto de la provincia detecta un problema de economía sumergida. Una lacra que viene de décadas atrás, es difícil de vencer y que encima la crisis ha agudizado todavía más.
De hecho, aunque esta realidad resulta compleja de medir, el incremento durante estos últimos años ha sido notable y las estimaciones que baraja Trabajo hablan de un aumento de un 25% en la zona de Jerez y la provincia.  Así, al año afloran  unos 2.500 casos de economía sumergida y fraude a la seguridad social, y muchos de ellos en el área de Jerez. Unas cifras que vienen siendo “una constante” en los últimos años y que incluso han ido a más en la anualidad de 2014,  habiéndose cerrado este ejercicio superando incluso los 2.700 casos, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia.


Lo más grave es que estas cifras oficiales son todavía más elevadas en la realidad. “Hay muchos más, estamos acostumbrados a vivir con esto. La realidad no es igual en todas las provincias españolas, donde la falta de altas puede ser excepcional mientras aquí en esta provincia es muy cotidiana”. Son valoraciones del jefe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en Cádiz, Eugenio Fausto Santa-Bárbara, que el próximo martes desgranará aún más en su ponencia “Economía Sumergida”, en el Ateneo de Jerez a partir de las 19.30 horas. Una conferencia en la que se amparará en el número total de afiliados en Jerez para trazar un esbozo de la población ocupada y la que percibe una prestación pública y la compatibiliza con un trabajo.

La reforma ‘de la calle’
Como explica, en estos momento el objetivo número 1 del Ministerio de Empleo es esta problemática, que en esta provincia es más acusada que en otra precisamente por su caldo de cultivo. Sólo Jerez tiene más de 34.000 parados, y aunque en la actualidad la de Cádiz “es la primera provincia en tasa de desempleo y la ultima en tasa de actividad”, Fausto tiene claro que esta zona“puede y debe tener una oportunidad”, y su riqueza “cultural” y “geográfica” juegan a su favor.


El problema, como apunta, es que más que la recogida en el BOE, la hostil coyuntura económica ha provocado que en la práctica la “auténtica” reforma laboral sea la que se da calle ante el desequilibrio de la oferta y la demanda.  “Hay mucha demanda de trabajo y pocas ofertas”, asegura, y así le consta a la administración, lo que ha ampliado más que nunca las variantes de la economía sumergida, que tiene que ser entendida en un concepto mucho más amplio que, por ejemplo, la falta pura y dura de alta del trabajador. “Además del empleado que no declaran, están las empresas que pagan por debajo del convenio, la falta de contratos indefinidos, hacer contratos de cuatro horas pero que son de ocho...”, explica. Empresas que, al fin y al cabo, se aprovechan de la “desesperación” de los demandantes.

Precisamente, en el último año, como agrega, la Inspección Laboral ha transformado 1.500 contratos de temporales a indefinidos por acción directa a raíz de sus inspecciones. A esto hay que sumar el hecho de que cada vez más la gente haya tenido que recurrir a la economía sumergida “como un complemento más” para la economía familiar, una espiral que alimenta aún más esta práctica. “En Jerez el boom y la alegría económica, se notó mas que en otras ciudades y disminuyó el empleo sumergido, pero con la crisis la construcción cayó en picado  y las prestaciones del desempleo se  terminan o no les llegan para acabar el mes”. Lo mismo ocurre con pensionistas con pagas no demasiadas generosas e hijos y nietos a su cargo, que al final  compatibilizan indebidamente su prestación con otros trabajos.

Una evolución social y económica obligatorias

La Inspección de Trabajo ha cerrado el año por encima del 100% de los objetivos en Cádiz pero sigue siendo insuficiente.”Trabajamos en la línea correcta pero tiene que haber una evolución social y económica y más concienciación de los poderes públicos para atraer inversores  y crear empleos de calidad”, señalan desde la Inspección.

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