Luque fue detenido a las 6.00 horas del pasado martes después de pasar entre ocho y nueve horas atrincherado en su vivienda del número 10 de la calle Estornino, en la zona del Acebuchal. Antes, había matado supuestamente al ex agente por el único motivo de que no estaba en disposición de escuchar sus problemas.
Paralelamente a las declaraciones efectuadas por el presunto asesino, quien al parecer sufre algún tipo de trastorno mental, se celebraba a las 10.00 horas de ayer miércoles el oficio religioso por el alma del difunto, en el tanatorio de Los Pinos. En la ceremonia pudo verse una amplia representación de la plantilla local de Algeciras, entre antiguos compañeros y amigos, algunos de ellos íntimos, que se cuentan entre los mandos policiales de la zona.
El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo, estuvo presente en el oficio religioso, así como el coordinador de la Administración General del Estado (AGE), José Andrés Hoyo. También acudieron el jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Diestra, y el comisario provincial de Cádiz, José María Leira, del mismo modo que los dos comisarios locales, Julián Márquez y Daniel Belmar.
Después de la misa en Los Pinos, la comitiva fúnebre se trasladó hasta Los Cortijillos, donde la víctima fue enterrada entre las 10.30 y las 11.00 horas. Durante el entierro se vivieron numerosas escenas de dolor y consternación entre los familiares.
Conciliador
El sobrino político del ex agente fallecido, Juan Miguel Mora, quiso resaltar ayer a este diario “el carácter conciliador” de la víctima, un aspecto “que demostró en todo momento” y que le había llevado a intentar ayudar a la misma persona que acabó quitándole la vida.
Mora confirmó una serie de datos adelantados ya por este diario como fue el hecho de que la esposa y la hija del fallecido llegaron al lugar de los hechos ya entrada la noche y, al no poder pasar, intentaron ponerse en contacto con Montiel sin conseguirlo.
Agregó que durante las horas que duró el atrincheramiento de su presunto asesino, no pudieron constatar la muerte de su ser querido. De hecho, durante aquellas horas se les dijo que Luque “lo tenía secuestrado” para tranquilizarlas, si bien un compañero “le había tomado el pulso y no vio indicio de vida”.
En cualquier caso, el portavoz de la familia expresó sus reservas con respecto a la actuación policial, ya que su tío político “permaneció siete horas en el suelo” y cree que éste pudo no morir de inmediato. Así y todo, los GOES lograron sacar a Luque de su casa sin que hubiera más muertes o heridos.
