Este jueves será un día grande para el Teatro Villamarta. Su directora, Isamay Benavente, lo ha definido como “un honor”, “un lujo”, pero sin duda, grande. Lo es, en primer lugar, porque su escenario ha sido elegido para el estreno nacional del nuevo montaje de la Compañía de Miguel Narros. En segundo lugar, por la obra en cuestión, Divinas palabras, de Valle Inclán -escrita hace ahora cien años-, considerada una de las cumbres del teatro español. Y, especialmente, por su extraordinario elenco coral y el director encargado de dar forma a este nuevo montaje, José Carlos Plaza. Argumentos más que suficientes para situar al coliseo jerezano en un lugar de prestigio dentro de la escena nacional y a sus espectadores en el del privilegio.
María Adánez, Alberto Berzal, Ana Marzoa, Chema León y Diana Palazón encabezan el reparto de una obra que no ha perdido un ápice de su poder corrosivo, a medio camino entre lo trágico y lo dramático, y entre lo cómico y lo grotesco. El propio José Carlos Plaza, que ya había realizado otras adaptaciones previas de la misma obra, reconocía este miércoles que refleja al Valle “más actual, el de las pinturas negras de un país que vemos a diario en los periódicos y en el que se pone de manifiesto asimismo el problema de la incultura en el seno de una sociedad que no tiene armas para defenderse, ni para discernir, ni para juzgar, porque le han castrado la capacidad del conocimiento”.
Plaza asegura que en este nuevo montaje ha llegado “al máximo de lo que pide Valle en su texto”, que en este caso pasa por mostrar una sociedad falta de pudor que “nos empuja a ser más brutales, más agresivos, más fuertes, porque parece que cada vez hay que incidir más y tocar el alma del espectador”.
El veterano director teatral habló asimismo de todo el proceso creativo ligado a los ensayos y de las exigencias trasladadas a los integrantes del montaje, con el objetivo siempre de subrayar el texto creado por Valle: “Es un lenguaje muy hermoso, y lo utiliza para envolver toda esa negrura que encarna cada uno de los personajes y la historia. Escuchar el texto es una joya, y ellos han seguido al pie todas mis indicaciones hasta entender que ese texto está por encima de las emociones que puede transmitir un actor”. Del mismo modo, añadió que “en teatro es muy difícil transmitir el esperpento. No obstante, creo que lo hemos conseguido”.
Por su parte, María Adánez, una habitual cada temporada sobre las tablas del Villamarta, y que se estrena por primera vez bajo las órdenes de José Carlos Plaza, habló de su personaje en Divinas palabras, donde encarna a Mari Gaila, la protagonista, “un personaje tan primitivo como los demás que componen la trama, que se mueve por instinto, por la codicia; hay poca humanidad en ella, pero que también lucha por su libertad dentro de un entorno opresivo y machista, que la castiga por su libertad sexual y por poder elegir”.
Ana Marzoa, que encarna a Rosa La Tatula, indicó asimismo que “estamos ante un espectáculo que se sale de lo normal y que enriquece y conmueve al espectador”.
El montaje iniciará, tras su paso por Jerez, una gira por teatros de todo el país antes de asentarse en Madrid.