La Policía Nacional ha desmantelado en lo que va de año 70 plantaciones indoor de marihuana en la provincia de Cádiz en el marco de la denominada Operación Verde, un operativo pionero en Europa especializado en la lucha internacional contra el cultivo y tráfico de marihuana. En estas intervenciones, según datos oficiales, los agentes han detenido a un total de 147 personas por delitos contra la salud pública y defraudaciónde fluido eléctrico, y se han incautado de 40.815 plantas de marihuana. Por localidades, a la cabeza de las investigaciones con más plantaciones se sitúa Sanlúcar, con 35, 45 detenidos y un total de 23.250 plantas intervenidas. Le sigue Jerez con 19 plantaciones, 41 detenidos y 3.791 plantas, El Puerto y Puerto Real, que se computan juntas, con 11 plantaciones, 49 personas arrestadas y 11.336 plantas. Por último está San Fernando, con cinco plantaciones, 12 detenidos y 2.438 plantas incautadas. Además, los efectivos incautaron en esta investigaciones más de 150.000 euros, más de 50 vehículos, motocicletas, embarcaciones y armas de fuego reales y simuladas.
En el último año, cada poco tiempo, trascienden golpes del 091 contra las organizaciones criminales dedicadas a esta práctica ilegal. ¿Hay más plantaciones que nunca? ¿O afloran más debido a la presión policial? Más bien lo segundo, el repunte registrado es fruto del incremento de las investigaciones policiales, lo que se ha traducido en un mayor número de operaciones que otros años. Lo que también es una realidad es que la provincia de Cádiz concentra el 50% de las plantaciones de marihuana, seguida de Almería, Murcia y Madrid. Estas plantaciones estaban instaladas en todo tipo de viviendas, (propias, alquiladas u ocupadas) garajes, naves industriales e incluso establecimientos públicos.
Además, en el marco de este plan, también se ha evaluado el perjuicio económico que conlleva la defraudación de fluido eléctrico realizada por los responsables de las plantaciones de marihuana. Los agentes también han detectado que el cultivo de marihuana trae consigo una variedad de delitos conexos, tales como el narcotráfico de cocaína o heroína, tenencia ilícita de armas, blanqueo de capitales, defraudación de fluido eléctrico, pertenencia a organización criminal o los vuelcos (robos de droga entre narcotraficantes). ¿Hay un perfil claro detrás de los integrantes de estas organizaciones criminales?Para nada. La Policía resalta la heterogeneidad de quienes se dedican a esta trama. Como consecuencia, pueden encontrarse a jóvenes, matrimonios incluso, que alquilan una casa y hacen una inversión de gran envergadura para reorganizarla por compartimentos, con los consiguientes destrozos que esto supone para los propietarios que son ajenos a estas prácticas. También están los que son contratados para cuidar estos cultivos y ganarse un extra que suele pagarse muy bien, y aquí es donde entra en acción la gente más mayor, que rocen o superen los 60, que también sucumben a este incentivo económico por cultivar, secar, preparar y envasar la planta. Suelen ser de la zona, y tener alquilados o ser hasta propietarios de la vivienda o local donde cultivan las plantas.
La sofisticación y la complejidad de toda la infraestructura, completamente preparada, con cuadros eléctricos dispuestos para que no haya riesgo de incendio también evidencia el alto nivel de profesionalidad de quienes están detrás de estas redes criminales, a los que suelen pillar cuando sus “cosechas” -cuatro anuales- se encuentran a punto de caramelo. De esta manera, suelen ir rotando para ir controlando los cultivos, que van de un mínimo de 100 a un máximo de 800 en adelante. De hecho, en El Puerto los agentes contabilizaron hasta 4.500 plantas en un inmueble. Según apuntan los investigadores, el adverso mercado laboral también contribuye a que estas organizaciones capten a más integrantes o se embarquen en estas “aventuras” ilegales.
Teniendo en cuenta lo que ganan distribuyendo y dándole salida a la cosecha en España o países de la Unión Europea, y que al aumentar el consumo de marihuana su precio se está disparando, la rentabilidad está más que garantizada con una “pequeña” inversión. Estas circunstancias han motivado incluso que los narcotraficantes de la zona cada vez prefieren más implantar estas técnicas de procesamiento de las plantas de marihuana que “bajarse al moro” en busca de hachís. Les sale más barato, corren menor riesgo, y la inversión es mínima si no los descubren.
¿Qué les delata?
Casi siempre el excesivo movimiento de entrada y salida de personas de una finca o vivienda en cuestión suele poner a los vecinos en alerta (pueden denunciar en antidroga@policia.es), generando en ocasiones un problema social importante, su alto nivel de vida, un conato de incendio, una avería aparatosa o que la propia empresa suministradora de electricidad vea un pico excesivo de consumo. En otras ocasiones, la propia Policía llega a estas plantaciones de cannabis a través de las informaciones recabadas de otras investigaciones.
El Plan Verde, que comenzó de forma piloto en esta provincia y se formalizó a nivel nacional en febrero, es el resultado operativo del estudio y análisis de la situación actual del tráfico de drogas en el país, y su objetivo de dar una respuesta activa al cultivo y tráfico de marihuana, así como al asentamiento en España de delincuencia organizada proveniente de otros puntos de Europa con un origen común: los cultivos en España. Este plan se ha desarrollado después de varias operaciones internacionales, realizadas en los últimos años, en colaboración con la Policía de Reino Unido, Holanda, Francia, Serbia, Italia y Portugal. En ellas, los agentes observaron en el territorio nacional el origen de la marihuana. Esta circunstancia motivó la necesidad de la implantación de un operativo tras la comprobación de un incremento de las incautaciones de plantas de cannabis del 538% entre los años 2013 y 2017 -de 176.165 plantas en 2013 a 1.124.674 plantas en 2017- y que dicho aumento no sólo afectaba al tráfico de drogas en el país sino también a Europa y otras partes del mundo, debido a que la marihuana producida en España se exportaba a través de empresas de transporte. En esta provincia, aunque son cultivos interiores, las temperaturas son propicias, pues las cosechas se pueden ir al traste con las heladas.