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La Real Escuela de Arte Ecuestre, un destino turístico seguro y libre de Covid

El aforo del picadero se ha reducido de 1.600 a 409 espectadores, a los que se exige la utilización de mascarilla

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Real Escuela de Arte Ecuestre.

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Real Escuela de Arte Ecuestre.

Real Escuela de Arte Ecuestre.

Real Escuela de Arte Ecuestre.

La crisis sanitaria del coronavirus y el estado de alarma declarado el 15 de marzo obligó a cerrar en España todas las atracciones turísticas, como la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, que tras su reapertura se ha convertido en un destino turístico seguro y “libre” de coronavirus.

Las siete hectáreas de terreno, en su mayoría al aire libre, garantizan que sea una visita “cómoda” para las familias y que genere una “sensación de libertad sin aglomeraciones para el turista”, asegura Jorge Ramos, director de la Real Escuela.

La Real Escuela, adscrita a la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, decidió “por prudencia” cerrar sus puertas al público un día antes de que el Gobierno de España decretase el estado de alarma y el posterior confinamiento.

Desde ese primer momento empezaron a aplicar “estrictamente”, puntualiza Ramos, las medidas higiénicas sanitarias entre los empleados que debían seguir acudiendo a las instalaciones para el cuidado de los caballos.

Las mascarillas y la distancia personal se impusieron como norma entre la plantilla y se organizaron turnos para que no coincidieran demasiadas personas en un mismo espacio.

“Fuimos muy conscientes de la responsabilidad que teníamos de cara al futuro cuando hubiera que volver a abrir, y de que los animales estuvieran en perfecto estado y no sufrieran las consecuencias de esta pandemia”, argumenta el director de la Real Escuela.

Asegura que tras estos meses, los caballos “están mejor que nunca”, ya que el esfuerzo que se les pide es menor al tener menos visitas debido al cierre al público de las cuadras, y al reducir el número de espectáculos a la semana y no tener que viajar con ellos fuera de las instalaciones.

“Ellos hacen sus ejercicios propios de doma y de movimientos, pero han tenido tiempo y hemos podido dedicarles toda la atención”, resalta Ramos, quien asegura que los caballos “han estado muy bien atendidos”.

El 1 de julio, una vez superado el confinamiento y con el turismo nacional e internacional de vuelta con la implantación de la “nueva normalidad”, la Real Escuela abrió sus puertas al público “con todas las garantías”, dice su director, que destaca el distintivo Andalucía Segura otorgado a esta institución por la Junta por cumplir las medidas de seguridad frente a la covid-19 que establece la Organización Mundial de la Salud.

Un sello que, además, matiza Serena Jiménez, responsable del Sistema de Gestión de Calidad de la Real Escuela, “repercute en la confianza del visitante y refuerza que están en un espacio seguro”.

“La Real Escuela es un espacio seguro porque garantizamos que cumplimos con todas las normativas que establece la OMS para la prevención contra la covid-19”, explica Jiménez, apoyándose en la implementación de las medidas llevadas a cabo por esta institución y que les ha servido para obtener el distintivo de “destino seguro”.

“Exigimos la mascarilla al entrar en las instalaciones y hemos potenciado la higienización de nuestras instalaciones, entre otras medidas, con lo que garantizamos que su visita va a contar con la máxima seguridad frente a la covid-19”, afirma la responsable de Gestión de Calidad.

Además de estas medidas de prevención, también se toma la temperatura a todo el mundo en los accesos de entrada al público y se ha reducido al 25 por ciento el aforo en el picadero interior donde se representa el espectáculo Cómo bailan los caballos andaluces, pasando de 1.600 asientos a 409.

“Es un aforo menor del recomendado por las autoridades sanitarias porque queremos cumplir escrupulosamente con la distancia social de metro y medio entre las personas”, justifica Jorge Ramos.

Un espectáculo que durante el mes de julio solo se representaba los jueves pero que al registrarse un lleno absoluto cada semana, se decidió ampliar a los martes en este mes de agosto.

“Preferimos ampliar otro día a la semana el espectáculo en lugar de abrir el aforo en el picadero, para así seguir cumpliendo con la distancia social”, aclara el director de la Real Escuela.

Según datos facilitados a Efe por esta entidad, en el mes de julio recibieron algo más de 2.300 visitas, que en su mayoría procedían del turismo nacional, una tendencia que se repite este agosto, donde se llega incluso a duplicar el número de visitantes, al alcanzar la cifra de 2.171 en lo que va de mes.

“Normalmente el verano es un periodo más de turismo nacional, incluso sin el Covid”, dice Serena Jiménez, responsable del Sistema de Gestión de Calidad en estas instalaciones, y añade que este año “más todavía”, ya que es el turista nacional quien más se está moviendo por el país en estos meses de vacaciones.

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