La desigualdad del tiempo. Esa podría ser la definición de intemperie, pero no para Benito Zambrano. Para este director de cine español, Intemperie ha supuesto una vuelta a la pantalla con grandes actores y una película que se ha llenado los bolsillos de éxitos. El próximo martes, día 25, se visionará en el remozado Cine Astoria de Jerez este éxito español inspirado en la posguerra. Su director nos esboza lo que nos vamos a encontrar en este western a la andaluza.
¿Fue muy complicado ambientar la película en un período tan complicado como la posguerra?
–El primer nivel para ambientar la película es el geográfico. Eso afortunadamente fue relativamente sencillo ya que encontramos unas localizaciones que nos ayudaron mucho. También crear las atmósferas fue un trabajo importante. Lo que sería el dibujo de la película a nivel externo, lo que es la época, la personalidad de los actores, recrear esa época a través de los demás elementos, no fue difícil. Fue muy bonito y al contar con un buen trabajo de caracterización, de diseño de personajes y al gran trabajo que hicieron los actores, no fue lo más difícil, se hizo bastante bien y dio un resultado bastante interesante.
También supongo que fue muy importante rodearse bien tal y como usted hizo.
–Claro, esto es como todo. En un equipo de futbol, cuanto mejor sean los jugadores que tienes, mejor será. Aquí no sólo entran actores sino también maquilladores, artesanos, vestuario… Si todo el que trabaja en la película tiene talento, experiencia y compromiso y se curra bien, el resultado es bueno. Una película es el resultado de todos.
No se puede decir que Intemperie haya pasado de puntillas por los Goya, ¿Cómo se siente?
–(Ríe) Yo eso del éxito intento que sea lo menos importante. A veces eso es más ruido que otra cosa. El éxito no te ayuda a crear películas. Es algo que te ayuda a negociar contratos o para vender la siguiente película o para ayudarte a producirla. Las películas las hacen el buen trabajo, las buenas ideas, los buenos equipos… ¿Que me ha ido bien? Estupendo, maravilloso. Te ayuda a crecer. Si no tuvieras éxito, no te llamarían los periodistas.
Se aprecia que es una persona con gran humildad, ¿le ha ayudado esa humildad a ambientar esta película?
–Lo que te puede ayudar es a entender la película y entender ciertas cuestiones. Yo vengo de familia jornalera, he trabajado en el campo, he vendimiado en el marco de Jerez, he cogido algodón en muchos sitios... Por lo que al leer el guion y la novela y venir de donde vengo hizo que pudiera reconocer con facilidad cómo es el mundo de los capataces, de los jornaleros, de la pobreza, para esta película me ha venido bien. Supongo que, si tuviera que hacer una película de gente aristocrática, me costaría más.
¿Qué se va a encontrar el espectador que va a ver Intemperie el próximo martes?
–De lo mejor que puede encontrarse es a Jaime López, que ha hecho un trabajo sensacional. Para los andaluces puede ser una referencia de cómo era la España de hace no mucho. Es la España de los 60, no hace tanto de esa época. En general puede ser una película que entretenga a la gente, no aburre. Además con unos preciosos paisajes de Granada que fue donde estuvimos rodando y pueden descubrir una película que puede ser muy atractiva.
Pasando a los eventos culturales, ¿ayudan estos cines a conocer nuevas películas y aumentar las inquietudes?
–Está claro que el cine de pantalla grande está muy copado por producciones americanas. Entonces estos eventos en pueblos donde normalmente cuesta mucho que se vea nuestro cine, el que no es de Hollywood, es una posibilidad enorme. Así conocí yo el cine en Lebrija, donde teníamos un cine de invierno al que iban películas no tan conocidas y que eran diferentes a las que yo solía ver y a mí me sorprendía, yo decía “hostias, qué maravilla de película”. No eran películas comerciales y al ver otro tipo de películas te das cuenta que las películas y la cultura son otra cosa.
Mirando al futuro, ¿cómo ha afectado la crisis sanitaria al cine?
–Cuando hay una crisis económica, la cultura pasa a un segundo plano. Es algo que no es de primera necesidad, por lo que se cierra el consumo de la misma y en ese sentido se resiente mucho. Después, si hay crisis y los recursos disminuyen, a quien le meten el astazo es a la cultura. En este país además tenemos la bonita costumbre de despreciar la cultura, por lo que se junta todo y, cuando hay problemas, quien lo paga es la cultura. El cine nuestro es débil ya que no tenemos estructuras fuertes ni gobiernos que nos apoyen de manera firme, por lo que cuando vienen malos vientos, nuestra casa se cae. Intemperie para Andalucía ha supuesto unos tres millones y medios de euros en cuanto a hoteles, sueldos, etc… la gente se olvida de que creamos mucho empleo. Por ejemplo, de Jerez teníamos un especialista en caballos. Desde el carpintero que construye el decorado, el del catering, el sastre, el electricista… hay un montón de gente que trabaja en la película y luego ya los músicos y la postproducción. El cine no es las cuatro estrellas que van a la alfombra roja. Una película tiene más de cien personas trabajando y muchas empresas metidas en la misma
¿Qué ha cambiado en Benito Zambrano desde Solas en 1999 hasta hoy?
–Tengo menos pelos, estoy más blanco, más gordo, más viejo… En mi manera de pensar y de ver las cosas, no ha cambiado apenas nada. Me he ido reforzando. Quiero seguir contando las mismas historias, con las mismas maneras y con el mismo compromiso. Uno tiene más oficio y puede afrontar proyectos más difíciles y de más envergadura. En lo personal no sabría decirte. Solas fue un cambio muy importante en mi vida ya que pasé de no ser nadie a ser Benito Zambrano, pero me pilló con una edad en la que uno ya está hecho. He tenido que aprender a convivir con la parte que implica ser Benito Zambrano, pero el tema de la fama y el éxito intento llevarlo con humor y no creerme más de lo que soy. La vida te cambia porque te cambian las relaciones, el dónde estás. Tu universo se abre más porque cambias de proyectos y demás. Yo no siento que haya cambiado. El que esté al lado mío dirá “pues Benito Zambrano sí ha cambiado”. Esta vida me obliga a estar más desconectado de mi vida, de mi pueblo. No ha habido nada que me haya cambiado la vida ni mi forma de pensar. El tiempo y la edad te hacen ver las cosas con otra visión, pero eso es igual en mí que en cualquiera.
¿Y en el cine?
–Los avances tecnológicos es cierto que han cambiado mucho el cine. Hemos pasado del VHS a las plataformas online. Pero yo creo que lo importante siguen siendo las buenas historias. Tener una buena historia es fundamental y eso no ha cambiado. Tú ahora escribes una noticia y puedes publicarla en web, papel, Twitter… pero tu visión de la noticia no ha cambiado. Buscar una buena historia y tener una buena visión de ella no ha cambiado. Ahora puedes hacer una webserie, un microcorto… son cosas nuevas, pero sigue siendo un acto de comunicación, vas a contar lo mismo, pero puedes utilizar formatos o tecnologías nuevas. Ahora puedes ver una película en el autobús, en el váter sentado, o donde quieras. Lo que cambia es el cuadradito donde la ves. El guión y la historia se siguen haciendo. Sí han cambiado las maneras y las formas de hacerlo, ya que todo evoluciona y las historias de ahora no son las mismas de antes. Ahora Bambi aburre a los niños ya que los tiempos narrativos han cambiado, ahora son más rápidos. Todo evoluciona.