El fenómeno de la vivienda turística crece todavía con relativa calma en Jerez, con determinados lugares del centro histórico como avanzadilla pero sin alcanzar las proporciones a las que se ha llegado ya en otras ciudades del entorno.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha realizado un primer trabajo experimental gracias al cual se constata que en las zonas más demandadas del centro la vivienda turística supone en el mejor de los casos el 6,71 por ciento del total de inmuebles disponible.
La mayor concentración de viviendas turísticas se aprecia en la zona comprendida entre San Marcos y San Juan de los Caballeros (San Marcos, Francos, Carpintería Alta, Juana de Dios Lacoste, plaza Peones o plaza Melgarejo).
Un nivel similar (6,35 por ciento) se observa en la manzana anexa (plaza Belén, Barranco, Curtidores, Benavente Bajo, Espíritu Santo, Calzada del Arroyo, Cuesta de la Chaparra o San Blas).
En el espacio en el que se incluyen las calles Doña Blanca, Medina, Bodegas, Mesones, Unión, Honda, Fontana, Prieta, Larga, Naranjas o Mora las viviendas turísticas representan el 6,27 por ciento del total de inmuebles; mientras que en la zona de la Catedral, la Alameda Vieja, Visitación, plaza Monti, Latorre, plaza del Arenal, Consistorio, José Luis Díez, Algarve, plaza Plateros, San Cristóbal o Eguilaz se llega al 6,19.
Estas son las zonas de la ciudad donde la vivienda turística tiene un mayor peso, nada comparado al 40,14 por ciento que representan en el entorno de la Catedral de Sevilla -por citar sólo un ejemplo especialmente llamativo- o con los números que se alcanzan en Cádiz, donde existe un distrito céntrico en el que se alcanza el 11,59 por ciento.
Tampoco llega Jerez a los niveles de Vejer (26,66), Conil (19,01), Barbate (16,93) o Tarifa (15,92), todos ellos pequeños municipios costeros con fuerte demanda de este tipo de viviendas.
En Jerez no puede hablarse todavía de una gran concentración de estos inmuebles, pero sí de un crecimiento paulatino.