Entre los nervios y la tranquilidad de inmunizarse por fin, pero fieles a AstraZeneca

“Buenas, ¿AstraZeneca, verdad?”. La pregunta de una enfermera en Ifeca a una docente que aguardaba su turno en su coche en uno de los cuatro lineales abiertos para vacunas de esta farmacéutica y en la que esperaban también algunos agentes y personal de farmacia se repetía cada poco tiempo una vez comprobados los datos de las personas citadas.

Ocurría en la jornada en la que en Jerez y en el resto de Andalucía la Consejería de Salud retomaba la vacunación con AstraZeneca para los grupos de profesiones esenciales (docentes, fuerzas de seguridad, farmacéuticos) menores de 60 años que ya recibieron la primera dosis y que pueden elegir continuar el proceso de inmunización con esta misma marca u optar por Pfizer. En este caso, los profesionales fueron convocados en horario de mañana en el Pabellón Vega Veguita, donde se accede a pie, y durante todo el día en Ifeca. En este último punto de vacunación masiva se administraron más de un millar de dosis y, tal y como estaba previsto, las colas más concurridas fueron las de los cuatro lineales de AstraZeneca, aunque también había dos funcionando para Pfizer.

Se cumplieron las previsiones y en Jerez la tónica fue similar a la del resto de la comunidad autónoma. “La gran mayoría, el 90%, por no decir todos, quieren AstraZeneca. Son muy pocos casos los que optan por Pfizer, quizás porque tienen alguna patología relacionada con trombosis o por un poco de susto”, explicaba ayer a este medio Isabel Fernández, enfermera coordinadora en Ifeca. No obstante, como reconocía, en su condición de sanitarias intentan “recomendar” que “es mejor no mezclar vacunas”, independientemente de que el estudio del Instituto Carlos III concluyera que combinar marcas es “seguro y eficaz”.

La mayoría iba “con las ideas claras” y ”muy pocos han cambiado”, reconocía otra enfermera. De nuevo la jornada se caracterizó por la ausencia de incidentes aunque con más preguntas de lo habitual antes de proceder a pinchar el suero.  “Algunos se preocupan”, señalan desde uno de los equipos médicos. Y es que ayer había una mezcla de sensaciones dentro del habitáculo mientras esperaban su turno. “Un poquito de miedo sí tengo, pero también ganas porque nos tenían mareados con el tema, ahora sí AstraZeneca, ahora no”, señalaba Susana, una docente que venía a ponerse la segunda dosis con otra compañera.

Clara, también maestra, iba sola en su coche, y admitía estar “más nerviosa que la primera vez”.  Con la primera dosis no tuvo una mala experiencia aunque sí algo de fiebre, lo normal de los efectos adversos. La chica que le precede sí tiene más dudas y consulta a la enfermera sí con la segunda dosis tendrá más reacciones mientras la profesional le tranquiliza y le dice que el dolor de cabeza y en el brazo y la destemplanza “son lo normal” y están contempladas tras la vacunación. “Vienen con ganas, estaban preocupados por lo que iba a pasar con la segunda dosis y ya se quitan ese peso de encima. Vienen contentos y animados”, señala la coordinadora de Ifeca, que también admite que el retraso desde la primera dosis a la fecha inicial asignada para la segunda no va más allá de las tres semanas. 

Una de las novedades para el personal esencial convocado completar la vacunación era el consentimiento informado preparado por la Junta tanto para AstraZeneca o Pfizer que podían firmar de forma voluntaria. Si los rechazaban, igualmente se procedía a la vacunación elegida, dejando constar su decisión en su historia clínica. La mayoría de las personas, según indicaron desde los equipos médicos, optaron por rubricar el documento.