La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) puso ayer cifras al sufrimiento de los profesionales de la sanidad malagueña en la pandemia: en la provincia han sido ya 4.700 los sanitarios que han resultado contagiados y se han tenido que dar de baja por COVID desde el inicio de la misma. Pero además, destacaron que el 38% de ellos (1.809) corresponden al Hospital Regional Universitario de Málaga.
Así lo puso de manifiesto ayer en rueda de prensa el presidente de CSIF Andalucía, Germán Girela, que acudió al Hospital Regional de la capital malagueña, desde donde denunció “las dificultades que soporta el personal de la sanidad pública andaluza y la complicada situación asistencial que existe actualmente, con servicios que se cerraron al inicio de la Covid-19 y nunca se han recuperado, como por ejemplo el servicio de Urgencias del Hospital Civil, que fue asumido por el Hospital Regional en marzo de 2020 y nunca se ha restituido”.
Por ello, el sindicato ha iniciado una recogida de firmas para la reapertura de las Urgencias del Hospital Civil con la que pretende “que se corrija, por fin, la saturación permanente de las Urgencias del Regional, el incremento de las demoras para la atención a la ciudadanía, así como la situación de desbordamiento en la que trabajan los profesionales”, según ha apuntado Girela.
Sin embargo, lógicamente, no lo ve así la Dirección del Hospital Regional que rechazó los datos facilitados por CSIF sobre dicho servicio de urgencias e indicó que en 2021 “la cifra media de urgencias atendidas en este centro ha sido de 400 al día, cuando en 2019 ambos servicios sumaban más de 600 al día”.
Además, aseguraron que a consecuencia de la reforma y ampliación del servicio y de los refuerzos COVID, “la plantilla global del servicio ha aumentado en un 25%, mejorando tanto la atención como la situación laboral de los profesionales”, y la cifra de puestos de Observación “se ha duplicado, ofreciendo una mejor atención a los pacientes”.
Pero hay más puntos polémicos porque el presidente autonómico de CSIF se refirió al plan de refuerzo de la Atención Primaria de la Junta de Andalucía que, a su juicio, “de nuevo carga en las espaldas de los profesionales, ya agotados, la solución al gran problema, que no han resuelto ni la famosa consulta de primera acogida ni el plan estratégico para la mejora de la Atención Primaria en su conjunto, que se vendió hace unos meses a bombo y platillo como la panacea para solucionar los problemas”.
Y es que, “sin aportar recursos económicos ni humanos, quieren arreglar una Primaria que se desangra por todos lados”, lamentó. Entre sus principales reivindicaciones, CSIF exige a la administración sanitaria andaluza que adopte las medidas necesarias como la dotación de mascarillas FFP2 o FFP3, para preservar la seguridad y salud de los profesionales de la sanidad pública. Además, el responsable sindical denunció la falta de personal estructural en los laboratorios de los hospitales, que CSIF calcula en, al menos, medio centenar en Málaga, en unas plantillas que “se vieron afectadas por la no renovación de los refuerzos Covid, con la que se prescindió de unos 1.500 en Málaga de todas las categorías, refuerzos necesarios para sacar adelante la sobrecarga y las nuevas tareas y funciones exigidas por la pandemia”.
Sobre la Atención Primaria, Girela también quiso hacer especial hincapié en las agresiones que “se producen a diario en los centros de salud, muchas de ellas verbales, que no se denuncian en su mayoría por falta de tiempo y por saturación”. Así, recordó las sucedidas desde el comienzo de 2022 en Málaga, como por ejemplo en Centro Salud Las Lagunas Mijas el pasado 1 de enero; en el Hospital Regional el 8; en el Centro Salud Coín el 12 y el 24 de enero en el hospital marítimo Torremolinos. Otra de las cuestiones que criticó fue “la falta de personal estructural” en los laboratorios de los hospitales, que CSIF calcula en, al menos, medio centenar en Málaga.