En Semana Santa es tiempo de torrijas. En Málaga, las típicas, las de toda la vida, son de miel o azúcar. Pero de vez en cuando, no viene nada mal innovar. En Casa Kiki han ido un paso más allá, llevan haciendo desde hace “dos o tres temporadas” una palmera de torrija, ha explicado Yolanda García, responsable de ventas. Ahora son las “más demandadas”,
solo se puede encontrar en tiempos de cuaresma.
Sabe a torrija, ya que está hecha con los ingredientes tradicionales, y parece una palmera. Se hace con una base de hojaldre que se moja en un
jarabe de miel, “lo que hace que se quede súper esponjoso y se parezca mucho a la torrija”, cuenta de memoria García.
“Una vez bien mojadito”, le ponen una
crema hecha a base de leche, canela, limón, mantequilla y un toque de vino dulce de Málaga. Y por si no fuera poco, “para rematarlo”, se baña en una nata de vino dulce y canela.
Su forma y sabor llama la atención de la clientela y hay quienes incluso la piden en su versión gigante, además de personalizarlas.