La Fiscalía de Málaga ha acusado a un hombre por los presuntos delitos
de maltrato, abusos y amenazas a su pareja, a la que supuestamente
controlaba las llamadas y movimientos; así como por
entrar en su vivienda varias veces tras romper la relación. Solicita que se le imponga una pena de
ocho años de cárcel.
Según han informado fuentes judiciales, un
jurado popular tiene previsto juzgar desde este lunes a este hombre para el que, además de prisión, la acusación pública solicita penas de
alejamiento y el pago de una indemnización de unos 3.500 euros a la víctima por daños morales, instando a que se aplique la
agravante de género.
Según las conclusiones iniciales del ministerio fiscal, a las que ha tenido acceso Europa Press, desde 2014, el acusado
profería insultos de forma frecuente a la mujer; además de que supuestamente "le controlaba sus movimientos y le impedía realizar llamadas a familiares y amigos".
Asimismo, un día de julio de 2015, cuando ella llegó a la vivienda le realizó
tocamientos sin su consentimiento, señala el escrito de esta acusación, diciéndole que había mantenido relaciones sexuales con otro, "no siendo la primera vez que lo hace", con lo que ella se sentía "
humillada y vejada".
Además, la acusación pública relata que el procesado supuestamente también
amenazaba de muerte a la mujer, por lo que la convivencia resultaba "insostenible" y tenía miedo de que materializara lo que le decía. A consecuencia de eso, ella terminó interponiendo una
denuncia.
Posteriormente, ya una vez rota la relación, en 2016, el acusado entró varias veces en la vivienda de ella, aprovechando que no estaba, llegando a
romper la cerradura, aunque no consta que lo hiciera para entrar, pero sí
incumplía de esa forma la prohibición de aproximarse a la mujer ordenada por un juzgado.
Para el fiscal, se trata de los delitos de maltrato habitual, abuso sexual con carácter continuado, allanamiento de morada, quebrantamiento de condena y delito leve de daños, considerando que existe en este caso una agravante de género. Solicita, además de los ocho años de prisión, la prohibición de hablar o acercarse a la mujer durante 15 años.