Hoy tocaba lentejas de primero y pisto con huevo de segundo. Este es el
menú del martes en la cafetería de los ‘Supercurrantes’. De lunes a viernes sirven un menú diario con
dos platos, postre, bebida y pan a cinco euros y desayunos a 2,5. Los precios son bastante económicos, pero
lo mejor de este bar son los camareros, un grupo de
17 jóvenes con discapacidad intelectual.
El proyecto de los ‘Supercurrantes’
echó a andar en enero de 2022 para dar formación a chicos y chicas con
Síndrome de Down, autismo y paralasis cerebral. Nació de la “inquietud” de sus padres y madres por “su futuro”, cuenta la presidenta de la Asociación Nena Paine e impulsora del taller. Cuando
cumplen los 21 años y salen del Sistema Educativo las “opciones que les ofrece la administración se quedan cortas”, le decían preocupadas las familias. Estos jóvenes tienen dificultades de aprendizaje, pero “
podían dar un poquito más”, su potencial había que seguir exprimiéndolo. Animada por los progenitores,
Nena se inventó, en colaboración con la Fundación ONCE, el
curso de ayudante de camarero y de reposición en el economato. Así es como
los ‘Supercapaces’ se convirtieron en ‘Supercurrantes’.
En el curso de ayudante de camarero
han aprendido a hacer cafés, tomar comandas, servir mesas y limpiarlas. José Antonio asegura que “ha mejorado bastante” desde que empezó el taller a principios de año. Su adquirida destreza como camarero le ha llevado a
poder hacer prácticas en la caseta de la asociación en la Feria de Málaga y en la de El Palo.
Con este y demás talleres de Nena Paine, obtienen no solo una formación integral, sino
un espacio seguro y diverso donde construir amistades: “Tenemos el caso de unas chicas que no tenían amigos, e
staban prácticamente solas con las familias, aquí han hecho su grupo de amistades y ya, incluso,
salen los fin de semanas en pandilla”, celebra satisfecha la presidenta.
A muchos les ha cambiado la vida a mejor. Para Óscar, por ejemplo, los ‘Supercurrantes” son más que compañeros, son “
una familia, diversión, con quien pasar tiempo y un respiro familiar”. Como desarrollo personal, esta experiencia le ha demostrado que es capaz de “
aprender a hacer cosas que no pensaba que podía”.
El
amor es la seña de identidad de este equipo convertido en familia. Javi, uno de sus integrantes,
no ha podido evitar confesar que quiere “mucho” a sus compañeros. Hasta los recién llegados, como Marina, se empapan de esa alegría: “Yo soy nueva en la cafetería, me encanta y estoy muy contenta con los monitores”.
En estos once meses la evolución ha sido “increíble, han dado mucho más de lo que podíamos imaginar”, celebra Nena. Cada uno se ha desarrollado “dentro de sus capacidades”; mientras unos ahora “
saben hacer cafés mejor que yo”, otros se han convertido en
unos máquinas de la limpieza o el cobro de las cuentas. Lo positivo de este proyecto es que “
aprenden todos de todos y ellos mismos se dividen las tareas”.
A los clientes los tiene enamorados. “Hay usuarios que
vienen a tomar café solo para verles” e, incluso, “varias
empresas y grupos de amigos han decidido hacer aquí las comidas de Navidad”. La ubicación de la cafetería en calle de las Moreras, en Ciudad Jardín, no es muy céntrica, pero “el
boca a boca está yendo bien” y las redes sociales les están ayudando a darse a conocer.
Además del curso de hostelería y reposición, los ‘Supercapaces’
reciben una formación “integral”. Realizan actividades como
aquagym y deporte adaptado dos días en semana,
aprenden lengua de signos y hacen excursiones. Esta parte es la que más le “satisface” a José Antonio, dice recordando cuando fueron al evento del Día Contra el Cáncer de Mama, a la fábrica de agua o a Sierra Nevada. Este futuro camarero, también es portero del Málaga Genuine: “
Lo que hago es disfrutar de la vida y eso es lo más importante”. Jorge, acompañado de su amigo Óscar, nos cuenta que después de currar también toca “disfrutar”. No solo aprenden el oficio, sino que “comemos mucho, hemos hecho mucho deporte, hemos ido a Isla Mágica y a todos lados”.
“
Somos una familia unida, una familia supercurrante”, manifiesta con una sonrisa Jorge, a lo que Cristobal añade que sus amigos, compañeros y monitores son su “estrella”.